30 de abril de 2019

"LAS HOJITAS DE DON LUIS" - NÚMERO 302


MARÍA AUXILIADORA  DE LOS CRISTIANOS “RUEGA POR NOSOTROS”


I.- LA VIRGEN DE DON BOSCO
Mamá Margarita consagró en su nacimiento a su hijo Juan Bosco a la Virgen María. Pero muy especialmente, cuando Juan marcha al seminario, recibe de los labios de su madre este último consejo:
“Juan, hijo mío... cuando naciste te consagré a la Virgen, cuando comenzaste los estudios te recomendé la devoción a esta Madre; ahora te pido que seas todo suyo. Ama a los compañeros que tengan devoción a María y si llegase a ser sacerdote recomienda y propaga siempre la devoción a María. (M.B. I 373)
Desde ese momento María siempre está en la vida de Don Bosco, en sus sueños, en sus múltiples proyectos, hasta que se concretan en 1868 con la consagración del Santuario Basílica de María Auxiliadora en Turín.
La primera imagen de María Auxiliadora que vino a España, la trajeron los salesianos que vinieron a Utrera en el año 1881. Posteriormente estuvo en Sarriá y hoy se encuentra en Turín. En Barcelona se conserva la imagen que acompañaba a Don Bosco en todos sus viajes.
II.- VISITA DOMICILIARIA
La mayoría de las Asociaciones de María Auxiliadora poseen pequeñas capillas de la Virgen con las que tienen organizada la «Visita domiciliaria».
«La Virgen Auxiliadora» como peregrina de amor y mensajera de su Hijo Jesucristo, va recorriendo periódicamente millares de hogares cristianos.
Una celadora, como animadora de los grupos de familia que se constituyen, se encarga que la Virgen peregrina vaya visitando regularmente cada uno de los hogares asignados, así como los enfermos (si los hubiere).
La llegada de María Auxiliadora a los hogares ha de ser la mayor de las alegrías para todos los componentes de la familia y por ello se le dará un sitio digno en la casa, se le pondrán flores o velas y, sobre todo se rezará en comunidad familiar, dando gracias por la visita y pidiendo su auxilio espiritual o material.
Dos preciosas oraciones de bienvenida y despedida, preparadas para la ocasión, completan el programa de la «Visita domiciliaria de María Auxiliadora» por los hogares de sus fieles devotos y devotas.

III.- NOVENA
1º.- Rezar durante nueve días: Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias al Santísimo Sacramento con la jaculatoria: Sea alabado y bendecido en todo momento el Santísimo y Divinísimo Sacramento; tres Salves a María Santísima Auxiliadora con la jaculotoria: María Auxilio de los cristianos, rogad por nosotros.
2º.- Acercarse a los Sacramentos de la Confesión y Comunión.
3º.- Hacer una oferta o limosna según nuestra posibilidad, preferiblemente a beneficio de las Obras Salesianas.

Oración a María Auxiliadora
compuesta por San Juan Bosco
¡Oh María!, Virgen poderosa, grande e ilustre defensora de la Iglesia, singular Auxilio de los cristianos, terrible como un ejército en batalla. Tú sola has triunfado de todas las herejías del mundo. ¡Oh Madre, en nuestras angustias, en nuestras luchas, en nuestros apuros, líbranos del enemigo; y en la hora de la muerte llévanos al paraiso. Así sea

IV.- LA BAJADA
La Virgen, que es la Madre de Dios, la Madre de Jesús (el Hijo de Dios) y la Madre de todos los hombres vivió un tiempo en la tierra.
1.- La bajada es un símbolo que expresa cercanía. La imagen de la Virgen, al bajar del altar,  simboliza que Ella se acerca a ti, que viene a buscarte y decirte en tu corazón que seas buena persona y buen cristiano.
2.- Tus voces, tus alegrías, tus gozos, tus lágrimas, tus emociones... al verla bajar son expresión de tu fe ante la cercanía de la Virgen: baja del altar y baja del cielo.
3.- La bajada de la Virgen te recuerda que, si estando en casa, la invocas con fe, Ella baja a tu lado y te ayuda, te consuela, te guía, te estimula y te enseña a aceptar lo que Dios quiere de ti.
Tú debes salir de la bajada con el propósito de ser buena persona y buen cristiano. De no salir con ese propósito, ¿de qué te sirve presenciar la bajada de la Virgen?
Te felicito porque, al ver la imagen en el rito de su «bajada», sabes recibir su mensaje central: la invitación a que seas buena persona y buen cristiano.
V.- LA PROCESIÓN
La procesión es un acto de manisfetación de la fe cristiana, de predicación de esa fe y de catequesis práctica, ya que tanto los organizadores, como los participantes e incluso los que salen a su encuentro para ver pasar a la Virgen están expresando su amor y devoción a Ella.
Tres buenos motivos nos hacen participar en la procesión:
* Expresar nuestra fe. Creemos firmemente que la Santísima Virgen, Madre de Jesucristo y Madre nuestra está en el cielo en cuerpo y alma.Y su imagen nos lleva a pensar en Ella.
* Pedirle algún auxilio, espiritual o material, como Auxiliadora nuestra.
* Prometerle ser unos buenos cristianos y seguidores de su Hijo Jesus.
Por ello, si has acudido a ver pasar la procesión con la imagen de María Auxiliadora, Ella te envía un mensaje: «Sé fuerte en las dificultades, Yo estoy junto a tí como Madre Auxiliadora».
Recordemos que María es Auxiliadora de los Cristianos, es decir de la Iglesia, de nosotros que, como bautizados, formamos la Iglesia.

VI.- RENDIDOS A TUS PLANTAS
Rendidos a tus plantas,
Reina y Señora,
los cristianos te aclaman
su Auxiliadora.
Yo tus auxilios
vengo a pedir
Virgen Santísima
ruega por mí.
De este mar tempestuoso,
fúlgida estrella
cada vez que te miro
eres más bella.
Guíame al puerto
salvo y feliz
Virgen Santísima
ruega por mí.
En las horas de la lucha
sé mi consuelo
y al dejar esta vida
llévame al cielo.
En cuerpo y alma
me ofrezco a ti
Virgen Santísima
ruega por mí.

VII.-BENDICIÓN DE Mª AUXILIADORA
S. Nuestro auxilio es el nombre del Señor
T. Que hizo el cielo y la tierra.
S. Dios te salve, María...
T. ...llena eres de gracia...
S. Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios, no deseches las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades: antes bien, líbranos siempre de todo peligro, Virgen gloriosa y bendita.
María Auxiliadora de los cristianos.
T. Ruega por nosotros.
S. Señor, escucha nuestra oración.
T. y llegue a Tí nuestro clamor.
S. El Señor esté con vosotros
T. y con tu espíritu
S. Oremos:  Dios Todopoderoso y eterno, con la ayuda del Espíritu Santo, preparaste el Cuerpo y el Alma de María, la Virgen Madre, para ser digna morada de tu Hijo: al recordarla con alegría, líbranos por su intercesión de los males presentes y de la muerte eterna, por Jesucristo nuestro Señor.
T. Amén
S. La bendición de Dios Todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo, descienda sobre vosotros y permanezca siempre.  Amén.








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