15 de octubre de 2024

SÍNODO SALESIANO DE LOS JÓVENES - II

  LOS SUEÑOS DE LOS JÓVENES PARA LA SOCIEDAD Y LA IGLESIA

Con motivo de la celebración del bicentenario del Sueño de Don Bosco a los nueve años se ha realizado un Sínodo Salesiano de los Jóvenes en Valdocco - Colle Don Bosco, durante los días del 11 al 16 de Agosto de 2024. A continuación el punto 2 del documento final:


UNA SOCIEDAD QUE VALORE A LOS JÓVENES 
Soñamos con una sociedad que sea capaz de escuchar, dialogar y ofrecer oportunidades para fortalecer el protagonismo de los jóvenes, sabiendo que los jóvenes son precisamente su presente y su futuro y que los adultos tienen la delicada y especial tarea de ser referentes y estímulo para estar a la altura en un mundo que avanza tan rápido y que nos exige cada vez más estar a la altura. Una sociedad en la que se proteja, apoye y escuche a los jóvenes, creando espacios en los que puedan afrontar situaciones difíciles; una sociedad más respetuosa con las diferencias de experiencias y opiniones y, sobre todo, más integradora. 

APERTURA, ACEPTACIÓN E IGUALDAD 
Soñamos con una sociedad que incluya y acoja a todos como personas, especialmente a los jóvenes y a los marginados de una u otra forma. Queremos una sociedad que acoja a los jóvenes sin discriminación y que no les obligue a mostrarse para ser aceptados; una sociedad que valore los talentos de los jóvenes, apoye sus vulnerabilidades y preserve los valores evangélicos para que la luz de Cristo brille en el mundo. 
Una sociedad que no enfrente a las personas entre sí, que no les obligue a competir para estar en lo más alto y ser mejores que los demás, y que no se centre en el rendimiento y los resultados, sino que les enseñe a reconocerse a sí mismos y a buscar su propio valor, su lugar en el mundo y sus propias fortalezas para ayudar a los demás. 

BUENOS LÍDERES POLÍTICOS 
Soñamos con una clase política que ejerza su liderazgo con madurez y responsabilidad y esté siempre al servicio de la sociedad, garantizando las oportunidades que los jóvenes -especialmente los más necesitados- necesitan para desarrollar sus proyectos de vida en plenitud y libertad. 

PARTICIPACIÓN EN LA POLÍTICA QUE CUIDA DE LOS NECESITADOS 
Soñamos con una sociedad que se ocupe de los necesitados y marginados. Frente a la «cultura del usar y tirar», queremos asumir un papel más activo y relevante en la renovación de la sociedad y las instituciones: una participación social y política nos permitirá reconocer las verdaderas prioridades. 
En este sentido, también soñamos con una sociedad que proporcione una orientación que transforme los contextos de los lugares en los que vivimos. Anhelamos intervenciones políticas y ayudas que respondan a las necesidades de las respectivas zonas. 

EDUCACIÓN INTEGRAL 
Soñamos con una sociedad que promueva una educación integral para todos que garantice el pensamiento crítico, el enfoque diferenciado y el cuidado y protección de nuestra casa común. 
Deseamos ser educados y que otros jóvenes reciban educación política y construyan modelos que puedan seguir, permitiéndoles potenciar su liderazgo en estos espacios. 

CONFIANZA ENTRE ADULTOS Y JÓVENES 
Soñamos con una sociedad en la que exista confianza mutua entre adultos y jóvenes, una relación que no esté lastrada por juicios y prejuicios. Soñamos con adultos serviciales y alegres, que, a través de su experiencia, escuchen a los jóvenes y reconozcan su enriquecimiento sin verlos como un problema. Con jóvenes que escuchen y se dejen inspirar por las experiencias de los mayores. 

SANACIÓN Y SOLIDARIDAD 
Reconocemos el dolor y el sufrimiento experimentados en el pasado y en el presente, y soñamos con una sociedad que busque una curación profunda y auténtica de las heridas del pasado (familiares, sociales, institucionales, políticas, etc.). Una sociedad que construya puentes y trabaje por la unidad y la paz, con la esperanza de una sociedad social y más integrada. 

PRESIÓN SOCIAL Y MEDIOS DIGITALES 
Soñamos con una sociedad en la que experimentemos menos presiones y juicios por parte de los demás, incluso en nuestras familias. Hemos experimentado las presiones del mundo digital, que proyecta perfección y altos ideales. Queremos ir más allá de estas falsas realidades e invertir nuestro tiempo en actividades productivas, incluida la evangelización digital, superando al mismo tiempo la adicción a las redes sociales. 

LA IGLESIA Y LA SOCIEDAD EN COLABORACIÓN 
Soñamos con una colaboración más estrecha entre la Iglesia y la sociedad para que puedan convertirse juntas en promotoras de los derechos de todos, para que se reconozca que ambas están al servicio de las personas. 
En estas relaciones, la dignidad humana y la vida deben ser siempre reconocidas, respetadas y protegidas. 

LA IGLESIA CON CRISTO EN EL CORAZÓN 
Soñamos con una Iglesia que sea un lugar vibrante y lleno de fe, con Cristo en su corazón. 
Soñamos con que la Iglesia no tenga miedo de hacer propuestas valientes que puedan llevar a los jóvenes a tomar decisiones de vida valientes. 

IGLESIA EN MISIÓN 
Soñamos con una Iglesia siempre en misión aquí y ahora, presencia de Cristo vivo en el territorio en el que vivimos. Es una Iglesia en salida (ya sea la Familia Salesiana, los jóvenes o los laicos) que busca anunciar y hacer conocer el Evangelio a más personas. 
La misión se basa sobre todo en la escucha y la observación atenta para responder a la realidad contemporánea. Por eso soñamos con una Iglesia en salida y actual, que vuelve los ojos a todos, acogiéndolos con atención individual y al mismo tiempo sin rebajar la propuesta evangélica. 

APERTURA, ACOGIDA E IGUALDAD 
Soñamos también con una Iglesia auténtica, inclusiva, empática, sincera, transparente, tolerante, responsable, espiritual y atenta a los jóvenes. Es una Iglesia abierta y compasiva a las experiencias de todas las personas -traumas personales, raza, creencias y género sin condenas. 
Al tiempo que nos esforzamos por alcanzar la plenitud de la vida y la verdad en Jesús, soñamos con una Iglesia acogedora, dispuesta a escuchar opiniones diferentes y opuestas, especialmente las de los jóvenes, y a fomentar un entorno de encuentro y diálogo en el que se les respete y no se les etiquete. 
Es una Iglesia que da a conocer con alegría el mensaje de Jesús en el Evangelio, a la vez que busca procesos de formación permanente y actualizada que proporcionen las herramientas necesarias para acompañar y afrontar los problemas actuales, especialmente los que viven los jóvenes. 

LÍDERES Y GUÍAS CREÍBLES 
Soñamos con una Iglesia liderada por personas creíbles. Una Iglesia en la que nuestros líderes, los Salesianos, colaboren con la comunidad cristiana y vivan como Don Bosco en el patio, y estén disponibles para escuchar a los jóvenes. Soñamos también con líderes de la Iglesia que evangelicen con el amor de Cristo y ejemplifiquen sus enseñanzas estando cerca de la realidad de los jóvenes. 
Soñamos con una Iglesia en la que encontremos personas maduras que puedan acompañar y guiar a los jóvenes en cuestiones de afectividad y sexualidad. Este acompañamiento se basa en un ambiente sin prejuicios y acogedor para todos y debe respetar las verdades sobre el amor. 
Soñamos con una Iglesia que trabaje y camine en comunidad para impactar en la vida de cristianos y no cristianos. 

UNA IGLESIA VALIENTE QUE DA PROTAGONISMO A LOS JÓVENES 
Soñamos con una Iglesia que se aleje del poder, del clericalismo y del uso excesivo de la autoridad, que incluya y dé protagonismo real a todos, especialmente a los jóvenes, independientemente de su situación vital, como la diversidad económica y social, la diversidad sexual y de género, o la diversidad funcional, entre otras. Deseamos una escucha auténtica por parte de nuestra Iglesia y un sentido de hogar donde se nos eduque en nuestra fe, y donde la Iglesia no tenga miedo de confiar responsabilidades a los jóvenes en un espíritu de responsabilidad compartida. 
Soñamos con una Iglesia valiente que se pronuncie ante los conflictos, que defienda los derechos humanos, que no sea «tibia» por miedo y que se implique en los asuntos políticos y sociales a favor de los más vulnerables. 

VOCACIÓN 
Soñamos con una Iglesia que ayude a los jóvenes a descubrir su vocación, acompañándoles en su búsqueda vocacional. Una Iglesia que acompañe a los jóvenes en su discernimiento y los anime a hacerse disponibles para el servicio, entregando su vida como religiosos, sacerdotes o laicos comprometidos. 

EVANGELIZACIÓN EN LENGUAJE JUVENIL 
Soñamos con una Iglesia que atraiga a los jóvenes mostrándose orgullosa de la fe que profesa y creativamente alegre en su animación. Soñamos con una Iglesia que quiera conectar con su comunidad con enseñanzas catequéticas concretas y cercanas, y con una formación que los jóvenes puedan entender en su lenguaje y relacionar con su propia vida. Con ello viene un lenguaje más juvenil que trae el contexto evangélico a los tiempos contemporáneos, facilitando que los jóvenes lo entiendan y se sientan representados en su forma de vida actual, fomentando así la identificación. También nos gustaría ver otros métodos de enseñanza que transmitan la tradición sin perder su esencia. 
Soñamos con una Iglesia que salga al encuentro de aquellos que no se sienten queridos o acogidos e invite a otros a compartir nuestra vida de oración y Sacramentos, y ser una Iglesia que anime a todos a proclamar la fe para llevar a otros a Jesús.


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