BLOQUE 3 - LA FAMILIA
TEMA 6º
LA FAMILIA Y LA SOCIALIZACIÓN
Una
de las cuestiones más preocupantes del tratamiento que la familia recibe consiste
en despojarla de la dimensión social
que tiene. De múltiples maneras se actúa como si el matrimonio y la familia fueran
algo que pertenece a la esfera de lo privado y no tienen repercusiones
sociales.
Se dice esto de la institución que
tiene mayor peso en la interiorización
de valores que hacemos las personas. A todos nos resulta fácil definir a un
grupo social, observando los valores y las carencias presentes en sus familias.
Familias sanas generan una realidad social sana; familias rotas alimentan una
sociedad conflictiva y sin principios. Lo que viven las personas en este campo
tiene repercusiones inmediatas, e importantes, en la sociedad donde se
encuentran.
En el proceso de socialización que
se realiza en una familia bien estructurada, como es la familia cristiana, la
primera consecuencia consiste en el nacimiento de personas definidas desde la solidaridad. La familia es el lugar
propicio para descubrir la responsabilidad que tenemos en la vida de los demás.
Nadie es ajeno a lo que le pasa al más cercano, ni al más lejano. La
implicación familiar en la vida de los demás nos permite asomarnos a la verdad
de una persona que, como Jesucristo, se puede definir como una
persona-para-los-demás.
En la vida cotidiana de la familia
cristiana se realiza una permanente apuesta por la dignidad de la mujer, por la
defensa del débil y de los hijos, por el valor de la fidelidad en las
relaciones de la pareja y por la estabilidad del matrimonio. Por eso, en esta
familia se apuesta por valores que
contribuyen a la estabilidad social y son referencias valiosas para quienes
aspiran a lograr una rica vida social.
En la familia se descubre el valor de la autoridad. Ella permite que
las personas del grupo familiar maduren y la familia se estructure bien. La autoridad
familiar se ejerce de tal manera que en su ejercicio se concreten opciones
importantes del Evangelio y de la espiritualidad salesiana. Una autoridad firme
y amable, dialogante, preocupada por los demás, cercana y sólida, ayuda a
crecer a su sombra personas seguras y a crear ambientes de familia tan
importantes para nosotros.
En la familia aprendemos a valorar
la importancia de la complementariedad.
Reconocemos el papel insustituible de las otras personas, aproximándonos así al
descubrimiento de nuestra dignidad y de la suya. El descubrimiento del otro nos
ayuda a reconocer su dignidad y apostar por ella. En la familia aprendemos, de
forma práctica, que la vida humana debe ser
siempre respetada y es preciso
defenderla para construir el grupo y no destruirlo.
La familia nos permite experimentar,
en primera persona, que es posible alcanzar
niveles adecuados de felicidad y que logramos estas metas descubriendo al
otro, apostando por él y organizando la vida de tal manera que todos tengan
posibilidad de participar, activamente, en ella. La vida de una familia estructurada
se convierte en una forma insustituible de expresión social y un auténtico bien
para la humanidad.
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1.-Subrayamos algún paso que podemos dar para hacer realidad lo que se
nos sugiere en este núcleo formativo.
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