21 de junio de 2022

EL LEGADO FORMATIVO DE D. EUSEBIO A LOS AA.AA.DB. - Nº 18

  

BLOQUE 3 - LA FAMILIA

TEMA 6º

LA FAMILIA Y LA SOCIALIZACIÓN

          

Una de las cuestiones más preocupantes del tratamiento que la familia recibe consiste en despojarla de la dimensión social que tiene. De múltiples maneras se actúa como si el matrimonio y la familia fueran algo que pertenece a la esfera de lo privado y no tienen repercusiones sociales.                      

            Se dice esto de la institución que tiene mayor peso en la interiorización de valores que hacemos las personas. A todos nos resulta fácil definir a un grupo social, observando los valores y las carencias presentes en sus familias. Familias sanas generan una realidad social sana; familias rotas alimentan una sociedad conflictiva y sin principios. Lo que viven las personas en este campo tiene repercusiones inmediatas, e importantes, en la sociedad donde se encuentran.

             En el proceso de socialización que se realiza en una familia bien estructurada, como es la familia cristiana, la primera consecuencia consiste en el nacimiento de personas definidas desde la solidaridad. La familia es el lugar propicio para descubrir la responsabilidad que tenemos en la vida de los demás. Nadie es ajeno a lo que le pasa al más cercano, ni al más lejano. La implicación familiar en la vida de los demás nos permite asomarnos a la verdad de una persona que, como Jesucristo, se puede definir como una persona-para-los-demás.

             En la vida cotidiana de la familia cristiana se realiza una permanente apuesta por la dignidad de la mujer, por la defensa del débil y de los hijos, por el valor de la fidelidad en las relaciones de la pareja y por la estabilidad del matrimonio. Por eso, en esta familia se apuesta por valores que contribuyen a la estabilidad social y son referencias valiosas para quienes aspiran a lograr una rica vida social.

             En la familia se descubre el valor de la autoridad. Ella permite que las personas del grupo familiar maduren y la familia se estructure bien. La autoridad familiar se ejerce de tal manera que en su ejercicio se concreten opciones importantes del Evangelio y de la espiritualidad salesiana. Una autoridad firme y amable, dialogante, preocupada por los demás, cercana y sólida, ayuda a crecer a su sombra personas seguras y a crear ambientes de familia tan importantes para nosotros.

             En la familia aprendemos a valorar la importancia de la complementariedad. Reconocemos el papel insustituible de las otras personas, aproximándonos así al descubrimiento de nuestra dignidad y de la suya. El descubrimiento del otro nos ayuda a reconocer su dignidad y apostar por ella. En la familia aprendemos, de forma práctica, que la vida humana debe ser  siempre respetada  y es preciso defenderla para construir el grupo y no destruirlo.

             La familia nos permite experimentar, en primera persona, que es posible alcanzar niveles adecuados de felicidad y que logramos estas metas descubriendo al otro, apostando por él y organizando la vida de tal manera que todos tengan posibilidad de participar, activamente, en ella. La vida de una familia estructurada se convierte en una forma insustituible de expresión social y un auténtico bien para la humanidad.           

1.-Subrayamos algún paso que podemos dar para hacer realidad lo que se nos sugiere en este núcleo formativo.

 
 

 

 

 

 


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