1.- No hay que dudarlo ni un
segundo. La mujer más inteligente del mundo ha sido, es, sigue siendo y siempre
lo seguirá siendo, la Stma. Virgen María, la Madre de Dios. Fue inteligente y
nos dejó su inteligencia como modelo.
2.- Eso de decirle a Dios, al
Creador del Universo, su famoso y
permanente «sí», «hágase en mí según tu Palabra», «haz de mí lo que quieras»,
es de mujer no sólo inteligente, sino inteligentísima.
3.- Si Dios, meditó Ella, es todo, es el absoluto, es el Dueño de la
creación, es el autor de cada hombre y mujer, de la vida y de la muerte y,
además, es sabio y bueno... no hay más respuesta inteligente que el decir: «hágase
en mí según tu palabra».
4.- Esa respuesta, hecha de corazón
y para siempre, nadie podrá negar que es no sólo de persona inteligente , sino
de muy inteligente.
5.- Es la propia experiencia,
que uno tiene de su «interminable regateo» con Dios, de decirle un «sí» a
medias, calculado y caprichoso, combinado con un «no» también a medias,
calculado y caprichoso, la que confirma la sabiduría de esta mujer llamada
María. Mi «sí» y mi «no» andan, lamentablemente, turnándose ante la voluntad de
Dios. Esta actitud, bien pensado, es de poco inteligente. En una palabra: de
torpe.
6.- El «te seguiré adonde quieras
que vaya», tan humilde y perfectamente cumplido por la Stma. Virgen (la mejor
discípula de Cristo, afirma la Marialis
Cultus de Pablo VI), no deja de tener su sabiduría, porque... ¿a dónde va a
conducir el Señor?
7.- Yo, lo confieso, no afirmo
como la Virgen: «Te seguiré adonde quieras que vaya», sino
que imprudente o torpemente pregunto antes:
«¿Adónde vas?» o ¿Adónde me quieres llevar?. Y según vea o entienda
-¡torpeza mía!-
me decidiré a seguir o no
el camino que marca el Señor. En mí no hay un «sí» absoluto, sino un
«sí» muy condicionado por el capricho personal.
8.- Por eso me tacho de torpe y
también tacho de torpe al «Joven rico» que
rechazó las palabras de Jesús: «Vende
todo lo que tienes y sígueme». Este joven fue, sencillamente, torpe o
torpísimo, porque hubiera ganado, sin duda, muchísimo más si lo hubiera dejado
todo por Él.
9.- En la propia experiencia que
uno tiene descubre que, cuando uno es generoso con Dios, y le dice «sí»
incondicionalmente, recibe gracias
insospechadas.
10.- Y desde esa doble experiencia
personal desccubro lo inteligentísima
que fue la Stma. Virgen. Y lo torpe que es uno.
11.- La torpeza propia no se ve
fácilmente. Vemos la torpeza en el hijo o en el estudiante cuando su padre o
profesor le dice que estudie, porque el futuro, porque el día de mañana... y el
hijo o esudiante no entiende (¡torpe!)
lo que tan sabiamente le están diciendo.
12.- Tal vez, viendo la torpeza del
hijo o estudiante puede el padre o profesor
ver su propia torpeza cuando Dios-Padre o Jesús-Maestro les enseña el camino
que conduce a la eternidad.
13.- El dicho popular apunta
esta sabiduría cuando dice: «Aquel que se salva sabe, y el que no, no sabe
nada».
14.- De forma gráfica diré los dos esquemas ante la voluntad de Dios:
a)
el de la Virgen: «sí», «sí, «sí», «sí», síííííííííííí´...
b)
el mío: «sí», «sí», «no», «no», «sí», «no»...
15.- Cualquier fiesta de la
Virgen me pone delante a esta inteligentísima mujer que le dijo «sí» a Dios
para que yo analice mi «si» y mi «no» y vaya suprimiendo el «no» por un
permanente «si».
16.- Dejar pasar cualquier
festiviidad de la Virgen sin este personal análisis ya sería una lamentable
torpeza.
17.- No puedo olvidar que el
«sí» de María nos trajo, nada menos, que
al Hijo de Dios, Salvador del mundo. ¿Qué hubiera sido de nosotros si esta
mujer no hubiera sido tan inteligentísima?
18.- El mundo actual está lleno de
«no» a Dios, a su ley, a sus 10 Mandamientos, a sus Bienaventuranzas..., pero
también está lleno de festividades marianas que nos recuerdan que hay que
decir, para que todos los humanos seamos verdaderamente felices, «sí» a Dios, a
su Ley, a sus 10 mandamientos, a sus Bienaventuranzas...
19.- Feliz aquel cristiano que
aprovecha cualquier festividad de la Virgen para analizar ‘su grado de
inteligencia’
II.- PARA PENSAR Y DIALOGAR
1.- ¿Por qué la Virgen dijo
siempre «sí» y yo digo «sí» y «no» alternativamente?
2.- ¿Por qué muchos santos
empezaron con «no» y terminaron con «sí»?
3.- Aprovechar cualquier
festividad de la Vrgen para analizar mi «sí» o mi «no», ¿es útil? ¿Por qué?
4.- La Virgen dijo a Dios su «sí»
al 100%. Lo santos no lo consiguieron, pero se acercaron lo más posible al
100%. ¿Tú tienes paralizado tu 100% o
tiendes conscientemente a aproximarte a él?
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