MI
EXPERIENCIA DE DIOS
PARA TODOS
MIS HERMANOS
1.- Esta ‘hojita’ cuenta una experiencia personal. Solo es un
pequeño granito de arena en la inmensidad del desierto terrenal; pero aunque
sea frágil y pequeño, espero no se lo lleve el viento y caiga en buenas manos.
2.- Mis preguntas reflejan la evolución de muchas personas frente
a la existencia de Dios.
3.- Hasta el momento en el que surgen, habremos hecho la primera
comunión, la Confirmación... y algunos se habrán casado delante de un altar. ..
Pero aún no se han planteado a Dios en su vida.
I.- PUNTO DE
PARTIDA
1.- «Dios no existe. No lo veo. No lo siento. ¿Dónde está? Si la
gente muere de hambre, si mi abuelo tiene cáncer y estamos sufriendo viendo
cómo se va poco a poco de esta vida, si la iglesia tiene mucho dinero y no
vende todo lo que tiene para dárselo a los pobres, si los curas viven muy bien,
si...»
2.- Tópicos, sí. Pero estoy seguro que muchos de nosotros lo hemos
pensado. Yo el primero. Y me he parado y atascado en ellos.
3.- Y bastan esos tópicos para ver que tu comunión, aquellas
catequesis para la confirmación con sus convivencias respectivas, la
confirmación en sí, ir a un colegio de sentido cristiano... todo lo que ha
estado relacionado con Dios parece que no ha tenido sentido.
4.- Y todo porque «no me pregunté antes qué hacía Dios con las
miserias de este mundo y de mi mundo. Y por qué tiene la osadía de llamarnos
hijos. ¡Pues vaya Padre!».
5.- Pedro le respondió a Jesús: «Aunque todos fallen por tu causa,
yo jamás fallaré». Jesús le dijo: «Te aseguro que esta misma noche, antes que
el gallo cante, me habrás negado tres veces». Pedro contestó: «aunque tenga que
morir contigo, no te negaré». (Mat. 26,33-35)
6.- «Inmediatamente cantó un gallo. Pedro recordó lo que Jesús le
había dicho: «antes que el gallo cante, me habrás negado tres veces». (Mat.
26,69-75)
7.- En Pedro estaba escrita la negación del hombre a Dios. Y así lo negué yo.
II.- MI VIDA
SIN DIOS
1.- «Ahora todo es mucho más fácil. Soy buena persona, no intento
hacer daño a nadie, soy buen hijo, responsable, buen estudiante... Ahora estoy
a gusto. Y creeré en mi futuro: ser conocido en mi trabajo, tener dinero, tener
un gran coche, formar una familia...
2.- Y al final crees en más dioses que antes: en la ambición, en
el dinero, en el placer por el placer, en el narcisismo...
3.- Y si te preguntan: «¿crees en Dios?» contestas rotundamente
que no.
4.- Sin embargo una parte de ti tendrá que callar a otra parte de
tu alma recordándole a tu cabeza que los tópicos no tienen fuerza para
demostrar la «no existencia de Dios». Y todo porque tu mente no puede
racionalizar a Dios, no puede alcanzarlo. Dios trasciende.
5.- El pueblo de Moisés pidió a Aarón que le hiciese una divinidad
que los guiase hasta la tierra prometida ya que Moisés no había vuelto aún del
monte Sinaí. Tras hacer un becerro de oro con los pendientes de las mujeres, el
pueblo de Israel proclamó al becerro como el Dios que los guiaría por el
desierto. (Ex 32,1-14)
6.- Cuántos becerros de oro
tenemos, pensando que nos guiarán por la vida.
7.- San Agustín dice: “Si lo comprendes, no es Dios”.
III.- ALGUIEN
ME HACE VER...
1.- Cuando quieres ver que
un sentimiento existe, lo único que has de hacer es mirar y buscarlo en los
demás.
2.- Si quieres ver el amor, mira esa pareja de abuelitos que aún
tienen fuerzas para pasear cogidos de la mano...
3.- Si quieres ver el dolor, ve a un entierro...
4.- Si quieres ver la confianza, busca a un amigo...
5.- Y si quieres ver a Dios, encuéntralo en los demás...
6.- Gracias al tener muy cerca de mi persona un testimonio particular de fe y de ver como
esa fe ha motivado grandes cambios en su vida, empecé a pensar que existía algo
que había realizado esa conversión práctica.
7.- Y con toda la contradicción del mundo no pude pensar ni decir
otra cosa que «solo tú mi Señor, solo tú has podido». Y en la grandeza del
hombre he hallado la sencillez de todo un Dios.
8.- Os confieso que lo he visto en ciertas personas con total
claridad. Su corazón lo mueve Cristo.
9.- Y de repente mi mente se colapsó porque «tener fe en ti,
Señor, es complicar mi vida materialista».
10.- « Porque tuve hambre y me disteis de comer; tuve sed y me
disteis de beber; era forastero, y me alojasteis; estaba desnudo y me
vestisteis; estaba enfermo y me visitasteis ; en la cárcel, y fuisteis a
verme.» (Mt 25, 35-46)
11.- «Os aseguro que cuando hicisteis una de estas cosas a uno de
mis hermanos, me la hicisteis a mí». (Mt
18,16-20).
12.- Jesús les dijo a sus discípulos después de su Resurrección:
«Poneos pues en camino, haced discípulos a todos los pueblos y bauti-zadlos
para consagrarlos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, enseñadles a poner por
obra todo lo que os he mandado. Y SABED QUE YO ESTOY CON VOSOTROS TODOS LOS
DIAS HASTA EL FINAL DE ESTE MUNDO».
IV.- ALGUIEN
LLAMA
A MI
PUERTA...
1.- Cegado aún por el la
intensa luz de la verdad de la que te has protegido con una venda durante
muchos años, sientes que Alguien está llamando a tu puerta.
2.- Te da miedo abrirla. Tanto, que te autoconvences de que solo
ha sido un ruido de otro sitio o una alucinación de tu engañoso oído (que no es
otra cosa que tu corazón).
3.- Pero sabes que debes de escucharle y abrirle tu puerta, porque
si no lo haces, nunca sabrás lo que te estás perdiendo.
4.- Cuando entres te pedirá algo y le tendrás que dar respuesta.
5.- Porque Él sabe que en esta vida hay algo que solo puedes hacer
tú.
6.- Por eso te dio la existencia. Por eso te dio el don para
hacerlo. Y por eso cuando flaquees en tu misión te dará la fuerza para seguir.
7.- Déjale entrar y no le des más explicaciones a lo que te está
pasando.
8.- En la vida del cristiano no existen casualidades. El camino
será duro. Pero empieza dando el primer paso. Él estará contigo.
9.- «Mira, que estoy llamando a la puerta. Si alguno oye mi voz y
abre la puerta, entraré en su casa y cenaré con él y él conmigo.» (Ap 3,20)
V.- ¿PARA
MÍ...?
1.- «Dame fuerzas, Señor,
para seguir el camino que ahora empiezo, porque sé que aún soy débil y mi fe
frágil».
2.- «Sigue, Señor, enviando
a mi vida personas que den testimonios de ti y prepárame para aceptar aquello
que quieres de mí».
3.- «Sabes, Señor, que quiero y necesito creer en ti porque ahí
está mi felicidad».
4.- «Y gracias por hacerme libre y por conducirme, respetando mi
libertad, hacia ti».
VI.- ¿Y PARA
TI...?
1.- Gracias a Dios por haber conseguido que llegue a tus
manos esta experiencia mía.
2.- Gracias a ti por
haberme leído.
3.- Gracias a la Stma. Virgen, nuestra Madre, porque te enviará
algún rayo maternal de luz.
VII.- PARA
PENSAR Y DIALOGAR
1.- ¿Te ves retratado, de alguna manera, en «mi reflexión personal»? ¿En qué sentido?
2.- ¿Te has parado, como joven cristiano, a pensar, con seriedad, en el problema de Dios,
en los valores cristianos que has recibido, en las enseñanza del evangelio de
Jesús?
3.- Tu vida, c o cristiano, ¿está más orientada hacia los valores
materiales o evangélicos?
4.- La actitud del ‘autosuficiente’ Pedro, creyéndose fiel
seguidor de Jesús, ¿puede ser tu
retrato, cuando, desde pequeño, le decías que te seguiré ‘toda mi vida’? ¿Por qué?
5.- ¿Realmente los jóvenes cristianos nos hemos desinteresado de
Dios o le hemos sustituido o nos lo han hecho sustituir por otros ‘dioses’ o
«becerros de oro»? ¿Qué piensas?
6.- ¿Qué piensas de una Sta. Teresa de Jesús, de un san Juan de la
Cruz, de un San Ignacio de Loyola, de un San Juan Bosco, de una Teresa de
Calcuta, de...? ¿Son personas «despistadas» o «testigos» del Dios vivo?
8.- ¿Me atrevo a preguntarme
con sinceridad y comentarlo con algunos amigos: Quienes son los «despistados»:
ellos, yo o nosotros?
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