VOY A
LA VIGILIA PASCUAL
I.- AMBIENTANDO
LA VIGILIA PASCUAL
1.- La fiesta litúrgica con más densidad
espiritual es, sin duda alguna, la Vigilia Pascual…
2.- Toda la Cuaresma es “camino hacia la
Pascua” y la Pascua la celebramos los cristianos apoteósicamente en la Vigilia
Pascual.
3.- La Vigilia Pascual es el canto,
la proclamación y la celebración, a bombo y platillo, de la Resurrección de
Cristo.
4.- La Vigilia Pascual contiene signos
con los que expresamos la Resurrección
de Cristo.
5.- La Resurrección de Cristo es la
realidad más esencial de la Revelación cristiana y es el centro fundamental de
la fe y predicación.
6.- Se dice: “Ha muerto el Rey. ¡Viva el
Rey!”. La Iglesia canta por su liturgia: “¡Ha muerto Cristo en la Cruz! ¡Viva
Cristo Resucitado!” Y es el grito de la Vigilia Pascual, de la Pascua, de la
Eucaristía, de los Sacramentos...
7.- La fuerza espiritual de la
Iglesia está en la presencia de Cristo Resucitado en ella.
8.- Los miembros de la Iglesia, los
bautizados, los cristianos... acudimos a la Vigilia Pascual a reforzar nuestra
fe en la Resurrección de Cristo, a celebrarla, a afirmar clamorosamente su
presencia entre nosotros, y a vivir nuestra vida con la esperanza de que un día
resucitaremos con Cristo…
II.-
EL CIRIO PASCUAL
1.- El Cirio Pascual es el gran
símbolo de la Resurrección de Cristo. Si la bandera española es signo de la
patria, el Cirio Pascual es el signo de Cristo.
2.- El Cirio Pascual lo enciende el
sacerdote del fuego anteriormente bendecido, y lo introduce triunfante en la
Iglesia al canto de “Luz de Cristo”, expresando que Cristo es “Luz del mundo”.
3.- Ver un “Cirio Pascual” encendido
y ver la presencia de Cristo Resucitado es lo mismo.
4.- El “Cirio Pascual” ilumina, con
misteriosa luz de cristo, a los cristianos que participan en la función
litúrgica.
5.- Los cristianos, que participan en
la Vigilia Pascual, encienden la vela que llevan en la mano, y así toman
conciencia de que ellos son también “luz
del mundo” y, con su testimonio, deben anunciar la Resurrección de Cristo.
6.- El “Cirio Pascual” debe estar
presente, en el altar, durante todo el
tiempo litúrgico de Pascua. Y se apaga y retira después de la lectura del
Evangelio de la Fiesta de Pentecostés.
7.- El “Cirio Pascual” se hace
presente en todo bautizo para recordar que es “Cristo quien bautiza”, y en
todas las misas exequiales, como expresión de que Cristo resucitado ha vencido
la muerte y que el difunto “no ha muerto, vive” y Cristo es su defensor ante el
Padre.
III.-
EL PREGÓN PASCUAL Y
LAS
LECTURAS
1.- El “Pregón Pascual” tiene toda la
belleza, grandeza y solemnidad de lo que hoy es una “Pregón de Semana Santa”.
2.- Es digo de oírlo cantar y digno de
meditar la letra. El “Pregón Pascual” canta la Resurrección de Cristo e invita
a toda la Creación a festejar este gran
acontecimiento.
3.- Pero el “Pregón Pascual” no
es un acto académico. Es una forma de
manifestar y vivir nuestra fe en la resurrección de Cristo.
4.- En el “Pregón Pascual” se canta esta
atrevida expresión: “¡Oh feliz culpa (la de Adán) que mereció tal Redentor”!
5.- Al terminar el “Pregón Pascual”
se produce la lectura de la Palabra de Dios, verdadera luz del mundio, ya que
ella es nuestra guía.
6.- La palabra de Dios es punto de
referencia de todo cristiano, y debe ser su alimento habitual ya que es “luz,
camino, verdad y vida”.
7.- Con el “Pregón Pascual” la
Iglesia enseña que el Cirio Pascual es signo habitual de la presencia de Cristo
en la Iglesia.
8.- Con las lecturas de la Palabra de
Dios la Iglesia refuerza el valor en sí de la Palabra de Dios y urge al
cristiano que la tome siempre como punto de referencia.
IV.-
¡GLORIA A DIOS EN EL CIELO!
Y LAS
LECTURAS DE LA MISA
1.- Si el “Gloria a Dios en el cielo”
es el grito por excelencia de la gratitud a Dios, en la Vigilia Pascual se
invita a cantarlo con gran fuerza y, para magnificar su importancia, se
encienden todas las luces de la iglesia y se repican las campanas. Es la
desbordante gratitud a Dios, del pueblo cristiano, por la Resurrección.
2.-1ª Lectura: Rom 6, 3-11: “Lo mismo
vosotros, consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo-Jesús”.
San Pablo nos enseña dos cosas: que el
bautismo nos incorpora a la muerte y Resurrección de Cristo, y b) nos da la
certeza y seguridad de que resucitaremos con Él”
3.- Evangelio: Mt 28, 1-4; Mc 16, 1-8;
Lc 24, 1-12. “Buscáis al crucificado. No está aquí. Ha resucitado”.
Los tres evangelistas hablan de que las
mujeres quedaron impresionadas y desconcertadas, y corrieron a los Apóstoles
para comunicarles la noticia de la Resurrección.
3.- Toda la Vigilia Pascual está
centrada en celebrar la Resurrección de Cristo y su presencia en la Iglesia. El
Evangelio proclama la doble realidad: Resurrección y presencia.
V.-
EL CANTO SOLEMNE DEL ALELUYA
1.- Aleluya significa “alabad a Dios”
y es también el canto con que la Iglesia expresa, oficialmente, su alabanza y
gratitud a Dios.
2.- El canto del Aleluya está lleno y
rebosa de alabanza y de acción de gracias a Dios.
3.- El canto del Aleluya produce alegría, gozo, entusiasmo...
y une, a todos los cristianos que cantan la Resurrección de Cristo, en los
mismos sentimientos y en la misma fe.
4.- El canto del Aleluya se canta, en primer lugar, a Dios al conocer
que es esencialmente bueno y, en segundo lugar, al conocer las obras magníficas
que ha realizado y realiza: la Creación y la Redención.
5.- El canto del Aleluya brota
espontáneamente y es una confesión sonora y pública de la bondad de Dios y de
sus obras.
6.- El Aleluya se canta también, con
mucha fuerza y énfasis, al celebrar y, en cierto modo vivir, la Resurrección de
Cristo.
7.- El canto del Aleluya en la Vigilia
Pascual es una ovación, espontánea y alegre, que da la Asamblea Cristiana al
recibir la noticia-realidad de la Resurrección de Cristo.
8.- En el Paraíso, cantaremos
eternamente el Aleluya, y mientras tanto lo cantamos aquí.
VI.-
LAS PROMESAS BAUTISMALES
1.- Sería conveniente administrar el
Sacramento del Bautismo para recordar y vivir, ahora como adultos, toda la
riqueza que encierra el Bautismo..
2.- Caso de que no hubiese bautismo, la
Vigilia Pascual tiene su culmen en la renovación, de todos los presentes de las
promesas bautismales, como un signo de fidelidad a Cristo.
3.- Las promesas bautismales
contienen:
a) Conocimiento de las riquezas
recibidas en el bautismo: ser hijos de Dios, misteriosa y real unión con
Cristo, miembro activo de la Iglesia y el cuerpo se convierte en templo vivo
del Espíritu Santo.
b) Renuncia a todo aquello que nos aleja
de Cristo.
4.- En cierto modo las “promesas
bautismales” nos obligan a hacer un examen
de conciencia, un balance de cómo anda “nuestra amistad con Cristo” y
nos despiertan para una vida cristiana no mediocre, sino santa.
5.- La “renovación de las promesas” no se hace
mirando sólo el contenido de las renuncias, sino la fidelidad a Cristo
Resucitado.
6.- Salir de la Vigilia Pascual
formulando conscientemente las promesas bautismales es haber participado
conscientemente en ella.
VII.-
PARA PENSAR Y DIALOGAR
1.- ¿Por qué
celebramos los cristianos, con tanta solemnidad, la Vigilia Pascual?
2.- ¿Qué
dice la presencia del Cirio Pascual en la Vigilia Pascual, en las Eucaristías
de Pascua, en el bautismo, en las Misas exequiales...?
3.- ¿En qué
medida somos los cristianos “Cirios Pascuales” en el mundo, es decir, somos “Luz
de Cristo”?
4.- El canto
del “Gloria a Dios en el cielo”, ¿por qué se canta con tanta solemnidad y con
tantas luces en la Vigilia Pascual?
5.- ¿Sabemos
descubrir –y comentar- el sentido profundo que tiene el pensamiento de San
Pablo: “por el Bautismo estamos incorporados a Cristo? ¿Qué significa esa
incorporación?
6.-La Vigilia
Pascual habla de la Resurrección de Cristo y de su presencia en la Iglesia,
¿cómo defendemos y manifestamos la Resurrección de Cristo y su presencia en la
Iglesia?
7.- La
Vigilia Pascual ha puesto de manifiesto la fuerza que tiene el aleluya, ¿lo
cantaremos y rezaremos mejor en el futuro?
8.- ¿Qué fuerza
tiene en la Comunidad Cristiana la
renovación de las promesas bautismales?
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