12 de marzo de 2019

"LAS HOJITAS DE DON LUIS" - NÚMERO 196


SOR ÁNGELA,  ENSÉÑAME A REZAR


I.- TE AGRADEZCO TU PETICIÓN
1.- Entre las muchas peticiones que recibo de mis devotos me ha llamado la atención y me ha impresionado mucho la de una persona que me ha pedido: “enséñame a rezar”.
2.- Gracias por esta petición. Es uno de los favores que te puedo alcanzar con facilidad y mayor gusto.
3.- Y me agradaría porque rezar y rezar bien es una de las cosas más grandes, hermosas y beneficiosas en la vida de un cristiano.
4.- Rezar es reconocer que Dios es Padre, escuchar con docilidad su Palabra y estar dispuesto a hacer su voluntad. Tres cosas esenciales.
5.- Santa Teresa decía: orar es “tratar en amistad con Aquel que sabemos nos ama”. Si no reconoces que Dios es Padre, te ama y que es tu Amigo ¡no sabes rezar!
6.- Rezar es ir a Dios, no para “sacarle cosas”, sino para exponerle, como a un Padre y Amigo la propia necesidad y aceptar su voluntad.
6.- Estando en la tierra, yo siempre he aconsejado el “hacer la voluntad de Dios”. Ahora, que estoy en el cielo inculco más.
Me agrada que me pidan
“enséñame a rezar”,
porque lo puedo conseguir más fácilmente.

II.- TE VOY A DECIR VARIAS COSAS CON SINCERIDAD Y CARIÑO
1.- No me parece bien que dediques el 90% de tu oración a pedir cosas. Dedica más tiempo a convencerte -y saborear- “que Dios es Padre bueno, te quiere mucho y busca tu bien”.
2.- No me parece bien que, cuando acudas a Dios para pedirle algo, pongas más deseos en conseguir lo que pides que en aceptar su voluntad. Dios sabe lo que te conviene mejor que tú.
3.- No me parece bien que, cuando Dios no te concede lo que pides, digas: “Dios me tiene olvidado o no se acuerda de mí”. Dios nos ama siempre y no se olvida ni de ti ni de nadie.
4.-  Me parece bien que cuando vayas a rezar, recuerdes que “Dios es Padre bueno y busca tu bien” . Si olvidas esto lo que digas no es rezar.
5.- Me parece bien que cuando acudas a Dios tengas muy presente la preciosa y profunda oración de Jesús: “Padre mío, aparta de mí este cáliz, pero no se haga lo que yo quiero sino lo que tú”. Y debes recordar y meditar “que el Padre no le apartó el cáliz”.
Si me pides que te enseña a rezar
te aconsejo que vayas al Sagrario
y le digas a Jesús presente:
“Jesús, enséñame a rezar”.

III.- LOS CAMINOS DE DIOS
1.- Siempre el pueblo cristiano ha dicho: “Los caminos de Dios son distintos de los caminos de los hombres” y “Dios escribe derecho con renglones torcidos”.
2.- Estas “sabias expresiones populares” bien pensadas, expresan la confianza que el pueblo cristiano tiene en Dios y demuestran que lo reconoce como Padre sabio y bueno, que busca siempre el bien de sus hijos.
3.- Estas expresiones indican que hay que confiar en Dios y aceptar su voluntad amorosa por encima de todo; lo que Él nos manda debemos hacerlo porque sus caminos son los más rectos del mundo, aunque los veamos torcidos por nuestras limitaciones de criaturas y fallos morales (soberbia, orgullo, vanidad, egoísmo...)
4.- La cruz, que es también un camino de Dios, tiene que ser nuestro camino. Y su cruz, aceptada, nos lleva directamente a la salvación.
5.- Rezar es aceptar los “Caminos de Dios” y seguir “sus aparentes renglones torcidos”. Aquí se ve la sabiduría que contiene el “hágase tu voluntad” del Padre Nuestro.
El mundo tiene “caminos distintos”
de los caminos de Dios y ve muy torcido
el “amar a Dios sobre todas las cosas

IV.- LOS CAPRICHOS EN LA ORACIÓN
1.- Tienes que tener cuidado porque, sin darte cuenta, puedes acudir a Dios con una gran carga de egoísmo, sobre todo si no terminas todas tus peticione diciendo: “pero no se haga como yo quiero, sino como tú”.
2.-  Te digo esto por experiencia. Por eso me habrás oído hablar de la humildad y de querer reducirme “a la nada ante Dios”, porque comprendí que “Dios lo sabe todo” y “Él sabe, mejor que yo, lo que me conviene”.
3.- He tenido muchas luchas entre “lo que yo quería” (mi capricho, mi voluntad) y “lo que Él quería” (su voluntad). Y me convencí que era mejor decir: “hágase tu voluntad”.
4.- A veces hay una pugna entre querer “mi santa voluntad” y “la simple voluntad de Dios”. Y siempre la “simple voluntad de Dios” es más santa que la propia.
5.- Cuida mucho de pedir también cosas relacionadas con la virtud, con la paz del mundo, con la conversión de los pecadores, de los terroristas... No solo pidas para ti.
La mejor manera de evitar “caprichos”
es la oración. Es terminar diciendo:
“pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”

V.- ¿TE DIGO MIS FORMAS DE REZAR?
1.- “Estoy en tus manos, Señor”.
2.- “Dios lo  ha permitido o querido así”.
3.- “Señor, hágase tu voluntad y no la mía”
4.- “Señor, haz de mi lo que quieras, como quieras y del modo que quieras”.
5.- “Señor, tú todo lo dispones para nuestro bien”.
6.- “Señor, aumenta mi fe”
7.- “Señor, dame gracias para no ofenderte nunca”.
8.- “Me abrazo contigo, cruz amada”.
9.- “Señor, nada quiero, nada, nada, nada más que se haga en todo tu voluntad”.
10.- “Señor, aunque yo no te vea ni te sienta, no te apartes de mi lado”.
11.- “Señor, hazme santa”.
12.- “Dios mío, yo lo espero todo de Ti. Tú me darás tu gracia para que yo viva como un ángel”.
13.- “Dios mío, haz que aparezcan almas que quieran seguirte”.
14.- “Dios mío, ilumina a todos los desterrados de este miserable mundo, para que te conozcan”.
Una de las oraciones que más hemos de rezar
es la que dijo la Stma. Virgen:
“Hágase en mí según tu Palabra”

VI.- LA GRATITUD DE DIOS
1.- Siempre se ha dicho: “Es de bien nacido el ser agradecido”. Los cristianos debemos ser agradecidos y manifestar a Dios nuestra gratitud.
2.- Ir a Dios sólo “a pedir” y no ir a dar gracias “no es de bien nacido”.
3.- Existe el peligro de prometer a Dios, antes de obtener un favor, “el oro y el moro”.
4.- Existe otro peligro: creer que la gratitud a Dios se manifiesta en hacer sacrificios “muy grandes y penosos”. Nada más falso.
5.- La gratitud a Dios, tiene su camino: ser mejor cristiano, vivir el Mandamiento nuevo del Amor, ayudar al necesitado...
6.- Pero la mejor gratitud, te lo digo con toda la sinceridad y el cariño que puedo, (y muchos cristianos lo tienen olvidado) es asistir y participar en una Misa-Eucaristía: en ella se hace invisiblemente presente Jesús Resucitado.
7.- Si acudieras a una Misa para escuchar la Palabra de Dios y disponerte a hacer su voluntad, sería, sin ninguna duda, tu mejor manera de manifestar tu gratitud a Dios. Lo demás...
¡Ojalá aprendieras a descubrir que
la mejor manera de manifestar tu gratitud a Dios
es participar en la Misa
más que todas otras maneras.

VII.- PARA REFLEXIONAR Y COMENTAR
1.- ¿Le pides a Sor Ángela de la Cruz: Sor Ángela, enséñame a rezar?
2.- ¿Te atreves a decir a Dios: “Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”, como se lo dijo Jesús y también Sor Ángela?
3.- ¿Tienes presente, cuando rezas, la oración de la Stma. Virgen: He aquí la esclava del Señor”, como tantas veces lo haría Sor Ángela?
4.- Si no conoces que Dios es Padre, Padre bueno y que busca tu bien, como la conocía Sor Ángela, ¿puedes rezar bien, con confianza?
5.-  ¿Tienes presente, cuando pides algo, la actitud de Jesús: “Padre mío, aparta de mi este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya”, como tantas veces las tuvo presente Sor Ángela?
6.- Sor Ángela, en los “renglones torcidos”, encontró los caminos de dios, no en los propios. Tú, ¿sigues los caminos de Dios aún cuando encuentres “renglones torcidos”?
7.- Sor Ángela siempre manifestó su gratitud a Dios en la Misa. Y su gratitud, ¿la manifiestas a través de tu participación en la Misa?
8.- ¿Pides a Sor Ángela por la conversión de los fanáticos, de los terroristas, pecadores...?




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