“EL
SACRAMENTO DEL BAUTISMO”
I.- ¿QUÉ ES EL BAUTISMO?
1.- El Bautismo es el primero
de los sacramentos de la iniciación cristiana (bautismo, confirmación y
Eucaristía) por los que el hombre «libre del poder de las tinieblas, muerto,
sepultado y resucitado con Cristo».
- recibe el Espíritu de los
hijos de adopción
- celebra con todo el pueblo
de Dios el memorial de la muerte y resurrección del Señor». (Vaticano II, Ad
Gentes 14)
- nos incorporamos a Cristo,
pasamos a ser como Él, por la fe en su palabra y en su vida.
- comenzamos a formar parte de
la Iglesia, nuevo Pueblo de Dios, que acoge en su seno al recién bautizado.
- nos hace también hijos de
Dios a semejanza de Cristo y por la
fuerza del espíritu santo.
- nos abre a una nueva vida, a una vida que participa y tiene como modelo
la muerte y resurrección de Jesucristo.
- implica:
- una voluntad de seguir a Cristo
y conciencia de pertenecer a la
Iglesia.
II.- ¿QUIÉN PUEDE Y DEBE
BAUTIZARSE?
1.- El Bautismo puede recibirlo todo hombre o mujer, niño y niña que por sí o
por otros (en caso de los niños), manifieste y proclame la fe en Jesucristo
como Hijo de Dios y quiera, además, ser recibido en la Iglesia.
2.- Este sacramento, al ser
definitivo, no puede ser repetido y es recibido válidamente incluso en
otras confesiones cristianas no católicas.
3.- La Iglesia, que recibió la
misión de evangelizar y de bautizar, bautizó ya desde los primeros siglos, no
sólo a los adultos, sino también a los niños. Siempre entendió la Iglesia
que no había de privar del bautismo a los niños, porque consideró que son
bautizados en la fe de la misma Iglesia, proclamada por los padres, padrinos y
toda la asamblea eclesial.
4.- Por este mismo motivo, los
padres bautizados y creyentes deben preocuparse de bautizar a sus nuevos hijos cuanto
antes en la fe de la Iglesia que ellos mismos profesan.
5.- Ahora bien, conviene que
los padres garanticen la posterior educación en la fe de esos niños recién
bautizados; de no ser así, es mejor demorar el bautismo.
III.- PREPARACIÓN DEL BAUTISMO
1.- El primer momento de
preparación consiste en que los padres de un nuevo niño o niña se
planteen seriamente, ya antes del nacimiento, la convivencia de su
bautismo y las garantías de su posterior educación en la fe.
2.- Luego, estos padres deben
pedir a la Iglesia, en su parroquia, el bautismo para su nuevo hijo. Esta
petición es ya un verdadero ejercicio de fe.
3.- Los padres del niño a
bautizar deberán entonces participar, con interés y provecho, en los cursillos o conferencias que, a nivel parroquial o de zona, estén
indicados en su propia parroquia.
4.- En todo este tiempo de
preparación deberán reflexionar y conocer: la importancia y significado del
bautismo, las motivaciones y obligaciones del mismo, el rito de este sacramento
e incluso, si fuera necesario, sobre su propia vida como cristianos.
5.- Deben también elegir unos
padrinos que representarán a la familia y a la misma Iglesia y que, en caso
necesario, ayudarán a los padres para que el niño bautizado llegue a profesar
la fe recibida y a expresarla en su propia vida.
IV.- EL DÍA DEL BAUTISMO
1.- El bautismo se realiza,
a ser posible, en domingo, en la propia parroquia y con la asistencia de
la comunidad local de fieles.
2.- La celebración del
bautismo consta de cuatro partes: rito de acogida, liturgia de la Palabra,
celebración del sacramento y ritos conclusivos.
3.- En el rito de acogida de
la Iglesia recibe a los niños, y los padres y padrinos expresan su voluntad
de bautizarlos. Los padres y celebrantes hacen la señal de la cruz en la frente
de los niños como signo de la intención eclesial de bautizarlos.
4.- En la liturgia de la
Palabra, los participantes escuchan la Palabra de Dios. Después se pide a
Dios por los que van a ser bautizados, por sus padres, padrinos y por la
Iglesia y el Mundo.
5.- La celebración del
Sacramento del Bautismo comprende los siguientes momentos: una oración del
celebrante que invoca a Dios y bendice el agua para el bautismo, la renuncia a
Satanás y profesión de fe de padres y padrinos, la ablución del agua y otros
ritos complementarios (unción con aceite y crisma, cirio encendido, etc...)
6.- El bautismo puede proseguir
con la celebración de la Eucaristía o concluir directamente con la oración del
Padrenuestro y la bendición del celebrante.
V.- LOS SÍMBOLOS DEL BAUTISMO
1.- La renuncia a Satanás y la
Profesión de Fe de los padres y padrinos es la declaración explícita de la
fe de la Iglesia que ellos creen. En esta fe es bautizado el niño que aún no
puede tenerla de forma personal y consciente.
2.- El agua y el baño o
ablución significan la purificación
y la nueva vida que el bautizado recibe. El agua se convierte en instrumento de
Dios para dar la nueva vida al cristiano.
3.- Por la bendición, el
agua, ese elemento tan normal y natural en nuestras vidas, recibe significación
religiosa y se convierte en criatura para significar la gracia del Bautismo.
4.- Las palabras del celebrante «Yo
te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo» recogen
la fe de la Iglesia, en la que es bautizado en niño y realizan, junto con la
ablución del agua, el sacramento del bautismo.
5.- Las unciones con óleo
(aceite) y crisma, tanto antes como después del bautismo, indican la fuerza de
Cristo que se recibe para antes del bautismo así como la nueva comunión con
Cristo y la Iglesia en la que entra el recién bautizado (después del rito del
bautismo).
6.- Las velas encendidas
simbolizan la luz de Cristo resucitado que, a partir de ahora, brillará en la
nueva vida de fe del recién bautizado.
VI.- ¿QUÉ RECIBE EL BAUTIZADO?
1.- Por el bautismo se
perdonan al hombre todos los pecados, tanto el original como los pecados
personales.
2.- En el niño, sin pecado
personal, el bautismo lo abre a la vida de fe y de gracia, de encuentro con
Dios en Cristo.
3.- El bautismo hace renacer a
los hombres a una nueva vida, la vida cristiana.
4.- Los recién bautizados son
hechos hijos adoptivos de Dios, partícipes de la naturaleza divina y templos
del Espíritu Santo. Destinado, como Cristo, a la vida plena de Dios y a la
resurrección.
5.- El bautismo da a los
hombres la fe y la gracia, la amistad con Dios. Esta nueva relación nos permite
confiar en su Palabra y vivir según su voluntad.
6.- Por el bautismo entramos para
siempre a formar parte de la Iglesia y nos convertimos en miembros del Cuerpo
de Cristo.
7.- Finalmente, el bautismo
configura al bautizado con Cristo, lo hace, eficaz y definitivamente, otro
Cristo, lo que deberá testimoniar con su futura vida de fe y entrega a los
demás.
VII.- DESPUÉS DEL BAUTISMO
1.- Después del bautismo de
los niños queda la tarea fundamental y hermosa de hacer crecer en los hijos
bautizados la fe puesta ya como semilla en el bautismo.
2.- Desde la más corta edad
deben los padres iniciar la educación cristiana de sus hijos. Esta educación
será la que permite dar la respuesta de fe que el sacramento del bautismo exige
para su total realización.
3.- Cuando los niños lleguen a la
edad requerida deberán iniciar el proceso de catequesis que se ofrezca
en su Parroquia o escuela.
4.- Con el tiempo, la
familia del bautizado deberá también presentar y preparar (o ayudar a preparar)
a éste para los otros sacramentos de la iniciación cristiana: confirmación y
primera Eucaristía.
5.- Durante toda su vida,
el bautizado puede y debe actualizar su bautismo en todos los momentos
importantes de su vida y cada día, especialmente en la Eucaristía, renovando su
fe y sus compromisos cristianos.
PINCHA AQUÍ PARA VERLO EN FORMATO PDF
No hay comentarios:
Publicar un comentario