6 de octubre de 2020

"LAS HOJITAS DE DON LUIS" - NÚMERO 22


“EL SACRAMENTO DEL BAUTISMO”

I.- ¿QUÉ ES EL BAUTISMO?

1.- El Bautismo es el primero de los sacramentos de la iniciación cristiana (bautismo, confirmación y Eucaristía) por los que el hombre «libre del poder de las tinieblas, muerto, sepultado y resucitado con Cristo».

- recibe el Espíritu de los hijos de adopción

- celebra con todo el pueblo de Dios el memorial de la muerte y resurrección del Señor». (Vaticano II, Ad Gentes 14)

- nos incorporamos a Cristo, pasamos a ser como Él, por la fe en su palabra y en su vida.

- comenzamos a formar parte de la Iglesia, nuevo Pueblo de Dios, que acoge en su seno al recién bautizado.

- nos hace también hijos de Dios  a semejanza de Cristo y por la fuerza del espíritu santo.

- nos abre a una nueva vida,  a una vida que participa y tiene como modelo la muerte y resurrección de Jesucristo.

- implica:

- una voluntad de seguir a Cristo

y conciencia de pertenecer a la Iglesia.


II.- ¿QUIÉN PUEDE Y DEBE

BAUTIZARSE?

1.- El Bautismo puede recibirlo  todo hombre o mujer, niño y niña que por sí o por otros (en caso de los niños), manifieste y proclame la fe en Jesucristo como Hijo de Dios y quiera, además, ser recibido en la Iglesia.

2.- Este sacramento, al ser definitivo, no puede ser repetido y es recibido válidamente incluso en otras confesiones cristianas no católicas.

3.- La Iglesia, que recibió la misión de evangelizar y de bautizar, bautizó ya desde los primeros siglos, no sólo a los adultos, sino también a los niños. Siempre entendió la Iglesia que no había de privar del bautismo a los niños, porque consideró que son bautizados en la fe de la misma Iglesia, proclamada por los padres, padrinos y toda la asamblea eclesial.

4.- Por este mismo motivo, los padres bautizados y creyentes deben preocuparse de bautizar a sus nuevos hijos cuanto antes en la fe de la Iglesia que ellos mismos profesan.

5.- Ahora bien, conviene que los padres garanticen la posterior educación en la fe de esos niños recién bautizados; de no ser así, es mejor demorar el bautismo.


III.- PREPARACIÓN DEL BAUTISMO

1.- El primer momento de preparación consiste en que los padres de un nuevo niño o niña se planteen seriamente, ya antes del nacimiento, la convivencia de su bautismo y las garantías de su posterior educación en la fe.

2.- Luego, estos padres deben pedir a la Iglesia, en su parroquia, el bautismo para su nuevo hijo. Esta petición es ya un verdadero ejercicio de fe.

3.- Los padres del niño a bautizar deberán entonces participar, con interés y provecho, en  los cursillos o conferencias  que, a nivel parroquial o de zona, estén indicados en su propia parroquia.

4.- En todo este tiempo de preparación deberán reflexionar y conocer: la importancia y significado del bautismo, las motivaciones y obligaciones del mismo, el rito de este sacramento e incluso, si fuera necesario, sobre su propia vida como cristianos.

5.- Deben también elegir unos padrinos que representarán a la familia y a la misma Iglesia y que, en caso necesario, ayudarán a los padres para que el niño bautizado llegue a profesar la fe recibida y a expresarla en su propia vida.


IV.- EL DÍA DEL BAUTISMO

1.- El bautismo se realiza, a ser posible, en domingo, en la propia parroquia y con la asistencia de la comunidad local de fieles.

2.- La celebración del bautismo consta de cuatro partes: rito de acogida, liturgia de la Palabra, celebración del sacramento y ritos conclusivos.

3.- En el rito de acogida de la Iglesia recibe a los niños, y los padres y padrinos expresan su voluntad de bautizarlos. Los padres y celebrantes hacen la señal de la cruz en la frente de los niños como signo de la intención eclesial de bautizarlos.

4.- En la liturgia de la Palabra, los participantes escuchan la Palabra de Dios. Después se pide a Dios por los que van a ser bautizados, por sus padres, padrinos y por la Iglesia y  el Mundo.

5.- La celebración del Sacramento del Bautismo comprende los siguientes momentos: una oración del celebrante que invoca a Dios y bendice el agua para el bautismo, la renuncia a Satanás y profesión de fe de padres y padrinos, la ablución del agua y otros ritos complementarios (unción con aceite y crisma, cirio encendido, etc...)

6.- El bautismo puede proseguir con la celebración de la Eucaristía o concluir directamente con la oración del Padrenuestro y la bendición del celebrante.


V.- LOS SÍMBOLOS DEL BAUTISMO

1.- La renuncia a Satanás y la Profesión de Fe de los padres y padrinos es la declaración explícita de la fe de la Iglesia que ellos creen. En esta fe es bautizado el niño que aún no puede tenerla de forma personal y consciente.

2.- El agua y el baño o ablución significan  la purificación y la nueva vida que el bautizado recibe. El agua se convierte en instrumento de Dios para dar la nueva vida al cristiano.

3.- Por la bendición, el agua, ese elemento tan normal y natural en nuestras vidas, recibe significación religiosa y se convierte en criatura para significar la gracia del Bautismo.

4.- Las palabras del celebrante «Yo te bautizo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo» recogen la fe de la Iglesia, en la que es bautizado en niño y realizan, junto con la ablución del agua, el sacramento del bautismo.

5.- Las unciones con óleo (aceite) y crisma, tanto antes como después del bautismo, indican la fuerza de Cristo que se recibe para antes del bautismo así como la nueva comunión con Cristo y la Iglesia en la que entra el recién bautizado (después del rito del bautismo).

6.- Las velas encendidas simbolizan la luz de Cristo resucitado que, a partir de ahora, brillará en la nueva vida de fe del recién bautizado.


VI.- ¿QUÉ RECIBE EL BAUTIZADO?

1.- Por el bautismo se perdonan al hombre todos los pecados, tanto el original como los pecados personales.

2.- En el niño, sin pecado personal, el bautismo lo abre a la vida de fe y de gracia, de encuentro con Dios en Cristo.

3.- El bautismo hace renacer a los hombres a una nueva vida, la vida cristiana.

4.- Los recién bautizados son hechos hijos adoptivos de Dios, partícipes de la naturaleza divina y templos del Espíritu Santo. Destinado, como Cristo, a la vida plena de Dios y a la resurrección.

5.- El bautismo da a los hombres la fe y la gracia, la amistad con Dios. Esta nueva relación nos permite confiar en su Palabra y vivir según su voluntad.

6.- Por el bautismo entramos para siempre a formar parte de la Iglesia y nos convertimos en miembros del Cuerpo de Cristo.

7.- Finalmente, el bautismo configura al bautizado con Cristo, lo hace, eficaz y definitivamente, otro Cristo, lo que deberá testimoniar con su futura vida de fe y entrega a los demás.


VII.- DESPUÉS DEL BAUTISMO

1.- Después del bautismo de los niños queda la tarea fundamental y hermosa de hacer crecer en los hijos bautizados la fe puesta ya como semilla en el bautismo.

2.- Desde la más corta edad deben los padres iniciar la educación cristiana de sus hijos. Esta educación será la que permite dar la respuesta de fe que el sacramento del bautismo exige para su total realización.

3.- Cuando los niños lleguen a la edad requerida deberán iniciar el proceso de catequesis que se ofrezca en su Parroquia o escuela.

4.- Con el tiempo, la familia del bautizado deberá también presentar y preparar (o ayudar a preparar) a éste para los otros sacramentos de la iniciación cristiana: confirmación y primera Eucaristía.

5.- Durante toda su vida, el bautizado puede y debe actualizar su bautismo en todos los momentos importantes de su vida y cada día, especialmente en la Eucaristía, renovando su fe y sus compromisos cristianos.





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