10 de octubre de 2023

NO CON GOLPES. UN SUEÑO QUE VALE UNA VIDA

 “A la edad de nueve años tuve un sueño que quedó grabado profundamente en mi mente para toda la
vida” (Don Bosco) 

TU PALABRA ES LÁMPARA PARA NUESTROS PASOS 

Volvió a llamar el Señor por tercera vez a Samuel. Él se levantó, fue hasta Elí y le dijo: 

- Aquí estoy porque me has llamado. Comprendió entonces Elí que era el Señor quien llamaba al joven, 9 y le dijo: 

- Vuelve a acostarte y si te llaman dirás: «Habla, Señor, que tu siervo escucha». Samuel se fue y se acostó en su aposento. 10Vino el Señor, se presentó y le llamó como otras veces: 

- ¡Samuel, Samuel! 

Respondió Samuel: 

- Habla, que tu siervo escucha (I Sam 3, 8-10).

ALGUNAS REFLEXIONES 

Al final de su vida, un año antes de morir, Juan Bosco se emociona celebrando la misa en al altar lateral dedicado a María Auxiliadora en la Basílica del Sagrado Corazón de Roma. Era mayo de 1887 y el anciano sacerdote evocaba toda su vida. Recordó cuando era un niño y guardaba vacas en I Becchi; lloró reviviendo las penurias que sufrió hasta llegar a ser cura y las dificultades que atravesó hasta la concreción de su misión entre los jóvenes pobres; sonrió agradecido volviendo a los inicios de las diversas fundaciones que impulsó bajo la inspiración del Espíritu Santo y el proyecto misionero que llevó a sus hijos hasta los confines del mundo. El hilo rojo de la Providencia siempre estuvo presente guiando, a su modo, la historia. Un sueño, a la edad de nueve años, marcó para siempre la historia de Don Bosco y le señaló el camino por el que transitar al servicio del plan divino. Proponemos algunas claves de interpretación de aquel sueño, que bien vale una vida. 

 1. Claves teológicas 

“De noche eran los sueños tu lengua más profunda…” (Himno de vísperas) 

Dios habla. Llama. Escoge. Envía. Esta es la experiencia creyente más radical que viene narrada en la Escritura. Yahvé Dios habla a su pueblo y establece un pacto con él, una alianza que hará de Israel el pueblo de la promesa. Dios protege y lleva a su pueblo como 2 “en las de águila”, “tatuado en su piel” hacia una “tierra que mana leche y miel”, plenitud y prosperidad. Dios será siempre fiel y pedirá fidelidad a su pueblo. Israel aprenderá que si camina por los caminos de Dios, le irá bien, será feliz. Si se aleja de Dios y le da la espalda, se precipitará al vacío. Dios habla. Los sueños son, en la noche, “su lengua más profunda”. En los sueños, Dios revela su voluntad y su proyecto para aquellos a quienes ama y escoge. 

Jacob busca a Dios y sueña una escalera para subir al cielo. Anhela a Dios y éste pelea con su escogido para mostrarle qué espera de él y cuál es su camino. Jacob se rinde y queda herido por aquel que lo llama y lo envía: Yo te protegeré. Tú serás padre de un gran pueblo y heredarás la tierra de la promesa (cfr. Gn 28, 13-15). 

José, el hijo de la ancianidad de Jacob, era un soñador. Siendo un joven con solo diecisiete años, Dios le mostró lo que iba a suceder en su vida. Sin saber interpretar inmediatamente lo que querían decir aquellos sueños, fue traicionado por sus hermanos y exiliado en el país de Egipto. Allí, Dios los sostuvo y le hizo comprender cual era el sentido de todo lo que le estaba sucediendo. José se fio de Dios y éste lo sostuvo y lo “cubrió con su misericordia” (Gn. 39, 21). Aprendió a descifrar el lenguaje de Dios y se convirtió en bendición para los demás, incluso para aquellos que le habían deseado el mal: José besó a todos sus hermanos, llorando sobre ellos y les dio provisiones para el camino (cfr. Gn 45, 15-24). 

También soñó Samuel. Dios llamó al pequeño por tres veces en la noche. El muchacho no sabía quién le hablaba y se sentía desconcertado. Pero estaba dispuesto a acoger la llamada de Yahvé. Necesitó la mediación de Leví para comprender. Se fio de Dios: habla, Señor, que tu siervo escucha (I Sam 3, 10) y en su nombre, la palabra de Samuel llegaba a todo Israel (cfr. I Sam 4, 1). 

Era un hombre justo. A José, el esposo de María, Dios le habló en sueños. Aún en los momentos complicados de la vida, la palabra de Dios ilumina y señala el camino. José amaba de verdad a María y temía de corazón a Dios. Le fue revelado el proyecto de salvación para la humanidad y no quiso frustrar el don de la Encarnación en el seno de su joven esposa. En el desconcierto, vence la fe. En la oscuridad, brilla la esperanza. Y por encima de todo, el amor: No temas, la criatura que María lleva en su seno viene del Espíritu Santo. Despertó José del sueño e hizo como el ángel del Señor le había mandado (cfr. Mt 1, 20-24).

2. Claves carismáticas 

“He ahí tu campo, he ahí donde debes trabajar” (Sueño de los nueve años) 

Todo comenzó con aquel sueño que el pequeño Juan tuvo a la edad de nueve años. Un sueño profético que se repetirá muchas veces a lo largo de su vida, con matices diversos, y nuevas revelaciones de la Providencia. Como escribe el propio Juan en las Memorias 3 del Oratorio, desde la atalaya de una historia ya vivida, fue un sueño que marcó su vida para siempre. 

Don Bosco, muchos años más tarde, interpreta aquel sueño en claves claramente vocacionales. Le parece estar en medio de un grupo de muchachos que gritan, juegan, blasfeman… el pequeño intenta hacer callar las blasfemias metiéndose en medio de ellos a puñetazos. Un personaje majestuoso le indica que no será con los golpes, sino con la mansedumbre y la caridad como deberá ganarse a esos sus amigos. La espiritualidad salesiana se hace carne en un sueño que vale una vida. Continua el personaje: ponte a instruirlos sobre la fealdad del pecado y la belleza de la virtud. El sueño de Dios para los jóvenes, una vida lograda, se expresa en el sueño y en la vida de un pequeño llamado a ser pastor de almas. 

 A Juan le parece que aquello es algo imposible. Aquellos chicos dejan de pelear y de blasfemar y se recogen en torno al que hablaba. ¿Qué es todo aquello? El niño Juan no entiende nada. Deberás hacerlo posible con la obediencia y la adquisición de la ciencia. Pero ¿cómo será posible si solo es un niño? El pequeño experimenta que aquel mandato le sobre pasa. Como la misión al profeta. No te preocupes, se sentirá decir, yo te daré la maestra. Todo, reconocerá algún día, lo ha hecho Ella. 

La mujer del sueño señalará a Jesús. Como en las bodas de Caná. Haced lo que él os diga. Y en la historia de aquel campesino de I Becchi, el agua se convertirá en vino en las vidas de sus muchachos abandonados y en peligro. Dios no dejará a sus hijos preferidos sin banquete, sin fiesta. Aquellos muchachos del sueño se convertirán en animales feroces: he ahí tu campo, he ahí donde debes trabajar. La misión salesiana, querida por la Providencia, comienza a fraguarse en el sueño de un niño que no entiende, que se siente asustado y llora. Hazte humilde, fuerte, robusto. Y aquellos animales se convirtieron en mansos corderos. Y el sueño se hizo vida. Y la vida de aquel niño fue una buena noticia de Dios para los pequeños y los pobres. 

3. Claves educativo-pastorales 

“No os preguntéis quién soy yo, sino para quién soy yo” (Papa Francisco) 

Dios ama entrañablemente a los jóvenes (cfr. ChV 112) y quiere que todos sus hijos se salven en Cristo (cfr. ChV 119). Encontrar el Camino que es Jesús; servir a la Verdad que es Jesús; vivir la Vida en plenitud que es Jesús; este es el sueño de Dios para todos sus hijos. El sueño de Dios para ti. Dios te quiere en plenitud 

Todo ser humano está llamado a vivir una vida lograda. La buena noticia de Jesús nos muestra el camino para una vida en plenitud. Queremos ofrecer a los jóvenes la vida 4 buena del Evangelio: da sin pedir nada a cambio; no juzgues nunca; busca tu tesoro; no andes preocupado porque Dios cuida de ti; perdona siempre; vive esencialmente; cultiva una mirada buena; mantén limpio el corazón; practica la justicia; opta siempre por la paz; tiende la mano ante el dolor ajeno; vuelve a casa cuando estés perdido; escoge abrazar a golpear; quiere también a quien te hace mal; ponte al servicio de los demás; invita a quien no puede devolverte el favor; sé fuerte ante las dificultades porque tu fuerza está en Dios; valora el esfuerzo; acoge y protege a los más pequeños; cree firmemente que Dios te ama. 

Se trata de descubrir qué camino tiene Dios preparado para ti. Dios te quiere libre y te quiere para los demás. ¿Para quién soy yo? ¿Cuál es tu camino soñado para mí? Son preguntas que toda persona debe hacerse. El discernimiento es el sendero por el que transitar para acoger la brisa suave de Dios que pasa a nuestro lado y nos susurra te quiero libre, te quiero con locura. El discernimiento requerirá búsqueda, silencio, escucha oración, mediación. En nuestra propuesta pastoral habremos de cuidar especialmente experiencias significativas que ayuden al encuentro con Cristo vivo, brisa de Dios que sana y libera. 

 Dos elementos pastorales más deberán ayudarnos en la tarea de acompañar a los jóvenes a salir al encuentro del sueño de Dios para cada uno. En primer lugar, el proyecto personal de vida. Trazar algunas sendas por las que caminar; dar pasos en la deconstrucción personal para fundamentar la vida más sólidamente en Cristo Jesús; plantear horizontes hacia los que caminar en la vida diaria. 

 En segundo lugar, el acompañamiento personal. Como Samuel con Elí, como Don Bosco con Don Cafasso, como todo llamado, necesitamos mediaciones que nos ayuden a leer la realidad de nuestra vida y los signos de la presencia de Dios en ella. Propiciar momentos y ofrecer personas, maestros espirituales, para acompañar a los jóvenes en su discernimiento espiritual y vocacional es para nosotros una urgencia. 

Todos tenemos sueños. Pero una vida lograda, frente a tantos espejismos de una vida engañosa, necesita preguntarse por el sueño de Dios para nosotros. Queremos ayudar a los jóvenes a que Dios les hable al corazón y puedan plantearse en libertad, liberada la mirada de señuelos equívocos, dónde está el sendero la Vida. 

PARA REFLEXIONAR Y COMPARTIR LA VIDA 

§ ¿Qué te dice el sueño de los nueve años? ¿Qué significado crees que tuvo para la vida de Don Bosco? 

§ ¿Cuá crees que es el sueño de Dios para ti? ¿Has vivido experiencias significativas que te han ayudado a descubrir qué quiere Dios de ti? 

§ ¿Cuál crees que es el sueño de Dios para los jóvenes a los que acompañas? ¿Cómo ayudarles a descubrirlo y a tomar opciones vocacionales


José Miguel Núñez, sdb 

Consejos de la Familia Salesiana 

Sevilla, 8 de octubre de 2023

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