El sol se caía en el horizonte, pintando de tonos cálidos la ciudad de Montilla. Era un día especial, marcado en el calendario de la juventud regional como un encuentro que prometía ser inolvidable. El lema de este año era claro: "Al cielo se llega en equipo". Con esta premisa, los jóvenes de Antiguos Alumnos se congregaron en el colegio de Salesianos de Montilla, donde les esperaban los anfitriones del evento, autoridades locales, los representantes de los grupos de la Familia Salesiana, así como, el director de la Casa, Agustín de la Cruz, y el Presidente de Antiguos Alumnos de Montilla, Jesús Carmona, dando comienzo a estos días de reflexión y convivencia.
El acto de bienvenida fue un momento de emoción y entusiasmo, en el que se resaltó la importancia de la solidaridad en tiempos de incertidumbre. Los jóvenes, procedentes de distintos lugares, se miraban conscientes de que estaban a punto de comenzar una experiencia única.Luego
de las palabras iniciales, cada participante recibió un pequeño papelito en
blanco con una simple instrucción: escribir su misión personal para el
encuentro. La misión debía estar relacionada con el lema y enfocarse en la
solidaridad y el compartir. Los jóvenes depositaron sus papeles en una cesta
que se ofreció como ofrenda en la misa del día siguiente, también se animó a
compartir en voz alta la misión que cada uno había elegido y la reflexión que
había ayudado a elegirla.
La siguiente parada fue la Basílica de San Juan de Ávila, donde veneraron una reliquia muy especial: el corazón incorrupto del santo patrón. A esta visita le siguió el acomodo en el alojamiento ofrecido, el albergue de Cáritas.
La
cena llegó con una propuesta diferente: picoteo y una "superpalmera"
gigante para compartir. La comida fue acompañada de risas y conversaciones
animadas que rompieron el hielo entre los participantes.
La
velada continuó con un emocionante scaperoom, terminando con las buenas noches
y un magnífico rato de diversión en el albergue.
La
jornada siguiente comenzó con un desayuno y una oración conjunta, que reforzó
el sentido de comunidad y espiritualidad compartida.
La
formación sobre el proyecto solidario fue un momento clave del encuentro. Los
jóvenes aprendieron sobre iniciativas de solidaridad del proyecto Buzzetti de
la Fundación Don Bosco, gracias a Antonio Alférez y los chavales de la
Fundación.
El
final de la mañana se tornó más ligera con una visita a la Cooperativa La Unión,
donde los jóvenes aprendieron sobre el proceso de elaboración del vino y
disfrutaron de una cata de vino de Montilla y picoteo de comida.
Por
la tarde, tras una pausa para descansar y convivir, se pasó a un tema formativo
sobre el Movimiento de los Antiguos Alumnos de Don Bosco, a cargo de Javi
Marqués. Posteriormente tuvimos la Eucaristía con toda la Familia Salesiana de
Montilla y presidida por el Salesiano, Francisco Fernández Mármol. La jornada
acabó con las buenas noches, la cena y un paseo nocturno por las calles de
Montilla.
El
último día de encuentro comenzó de igual modo con un desayuno y oración en
común. Después de la oración, tuvo lugar una ponencia sobre quienes somos los
Antiguos Alumnos y la importancia del papel de los jóvenes en la asociación, a
cargo de Agustín de la Cruz, Carlos Raigón y Pepe Nevado.
Dentro
de la Asamblea, donde se trabajó las líneas de trabajo para este curso, tuvo lugar
uno de los momentos más emocionantes del Encuentro, la propuesta del lugar para
el siguiente encuentro regional. La Línea de la Concepción será la sede del
próximo año. Los argumentos presentados hicieron que la elección fuera unánime,
y los jóvenes expresaron su entusiasmo por la idea de explorar dicha ciudad en
su próximo encuentro.
La
jornada continuó con una deliciosa paella como plato principal en la comida,
acompañada de risas y conversaciones animadas. Fue un momento de disfrute
compartido y una última oportunidad de convivir antes de las despedidas.
Llegó
la hora de marcharse y con el corazón lleno de gratitud y un profundo sentido
de comunidad, los jóvenes se abrazaron con cariño y se dispersaron para
regresar a sus lugares de origen. El Encuentro Regional Joven había llegado a
su fin, pero dejó una huella imborrable en los corazones y las mentes de
quienes participaron, recordándoles que la solidaridad, el compartir y la unión
son fuerzas poderosas que pueden cambiar el mundo partiendo del cambio de uno
mismo.
Clara Contreras Nevares
Antigua Alumnos de Don Bosco Joven
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