23 de noviembre de 2021

EL LEGADO FORMATIVO DE D. EUSEBIO A LOS AA.AA.DB. - Nº 6

BLOQUE 3 - LA FAMILIA

TEMA 2º

EN LA FAMILIA NOS SENTIMOS PERSONAS

 

Los procesos madurativos de las personas requieren la existencia de ambientes y de intervenciones que los hagan posible. La familia ha sido siempre un lugar fundamental para que las personas maduren de manera adecuada.

             En una familia, bien estructurada, cada uno de sus miembros realiza cuatro experiencias decisivas para madurar y vivir con equilibrio.

             En primer lugar, la familia nos permite conocernos como somos. Sin saber cómo somos es muy difícil que alcancemos el equilibrio interior que se precisa para vivir. El desconocimiento personal es fuente de inseguridad y de desconcierto permanente. La experiencia familiar nos permite acercarnos a nuestra interioridad, sin miedo y con realismo. En el seno familiar descubrimos nuestros valores y  limitaciones. Al conocernos, somos más realistas y, sobre todo, nos asomamos a la vida con la seguridad precisa para afrontarla como se merece.

             En segundo lugar, en la familia se realiza la experiencia que sustenta el equilibrio personal. En ella, la persona se siente querida de manera incondicional. Con independencia de nuestra mayor o menor valía personal, de nuestros aciertos o desaciertos, de nuestros valores y limitaciones, todos necesitamos que alguien nos quiera sin condiciones. Necesitamos darnos cuenta que, siendo como somos, hay personas que nos tienden la mano y apuestan por nosotros.

             Por otra parte, la grandeza de nuestra existencia consiste en que Dios nos ha creado como seres originales que enriquecen la creación empleando esa originalidad para hacerla crecer. No somos iguales sino diferentes y ahí está nuestra grandeza y el particular desarrollo que hacemos de nuestros valores. Para que el caudal de energía que tenemos se despliegue con toda su fuerza es preciso que reconozcamos esa originalidad y que otros también lo hagan. En la familia se realiza esta experiencia de una manera que es difícil sustituir por otra.

             Finalmente, para vivir como personas necesitamos darnos cuenta de la dignidad que Dios nos ha concedido y así sentirnos a gusto con nosotros. No podemos vivir acomplejados, ni con la sensación de carecer de recursos para vivir. El entorno familiar es un entorno propicio para que cada uno de sus miembros se valore, adecuadamente, y viva con la cabeza alta. El equilibrio de esta importante convicción también encuentra medios suficientes en la familia para conseguirlo, porque la confianza personal no se casa con el orgullo, ni con la desconsideración con los demás.

             Percibimos que a las personas que han vivido en ambientes familiares complicados o en familias sin estructurar, o con graves problemas, les resulta difícil realizar estas cuatro experiencias tan importantes para madurar. La familia sigue siendo demasiado importante para jugar con ella y no apostar, con todas las fuerzas posibles, para que las personas tengan la posibilidad de sentirse personas originales, conscientes de su propia dignidad y capaces de hacer algo que valga la pena en su paso por este mundo.  

1.-Comentamos algunas consecuencias que han tenido en nuestra familia estas experiencias y cómo las aplicamos en nuestra relaciones familiares.

 
 

 

 

 

 

 

 

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