26 de octubre de 2021

EL LEGADO FORMATIVO DE D. EUSEBIO A LOS AA.AA.DB. - Nº 3

   BLOQUE 3 - LA FAMILIA

             TEMA 1º

            UN MOMENTO DELICADO PARA LA FAMILIA

 

Asistimos, entre sorprendidos y casi siempre callados, a la implantación de un modelo cultural en el que la familia puede estar, sumamente, amenazada. Casi nunca aparece, con claridad, la dignidad que la familia tiene y su valor decisivo en la maduración de las personas y en el bienestar de la sociedad.

 

            La estructura familiar aparece muchas veces rota. Más aún, da la impresión de ser ésta la situación normal sin que se considere nunca lo que nos jugamos con el debilitamiento de la familia.

 

            A esta situación se está llegando por diversas circunstancias, entre las que no son intrascendentes las que se refieren a la búsqueda desmedida del bienestar y la carrera hacia el consumismo en que vivimos. Pero sobre todo, quienes tienen poder político o de comunicación, imponen, o transmiten, una concepción de la familia en la que se cuestionan, o se atacan, fundamentos sólidos de la familia. Entre otros:

 

            La privatización que se hace de la familia. Nunca, como ahora, hemos tenido más normas sobre la familia y su entorno. Pero nunca, como en estos tiempos, nos encontramos con una defensa más brutal de lo privado en la estructuración familiar. Lo que cuentan son los sentimientos, los gustos, el deseo personal, las preferencias individuales, etc. En la práctica, los vínculos sociales y morales, habitualmente, se minusvaloran.

 

            La dignidad de la persona se olvida con frecuencia al referirla a la familia. El aborto resulta la expresión más llamativa de una forma de entender a la familia en la que las personas han dejado de ser un fin intocable para convertirse en objetos de los que se puede disponer cuando se quiera. Este planteamiento que afecta a la concepción y al nacimiento, atraviesa también las relaciones entre los miembros de la familia y al final de la vida. La eutanasia empieza a convertirse en normal cuando la persona pierde su centro y su dignidad. Lo que estorba, o no produce, se puede cambiar, o eliminar, sin reparos.  

 

            Asistimos a un pernicioso juego sobre la verdad del hombre y su misterio. La primera verdad de la persona es que son hombre y mujer, porque la naturaleza así lo dispone. La experiencia familiar se realiza en la relación y la entrega de unas personas que son aceptadas en su originalidad y en su interioridad. Esto sucede cuando las personas son respetadas en el misterio personal que cada persona conlleva y en el misterio de Dios desde el que, finalmente, se definen. De esta manera, la verdad de la persona, y de la familia, es lo que se pone en peligro; al vaciarlo de valores se deshumaniza y la familia termina convirtiéndose en una realidad sin sentido.

 

            Con frecuencia, no se tiene en cuenta el principio de la subsidiariedad que tiene la familia. La familia tiene unos derechos que deben ser respetados y protegidos por todos. Es una realidad socialmente arraigada que merece se le reconozca su nivel de soberanía. Representa la familia un patrimonio social al que se le debe ayudar para que realice sus propios fines y no debilitarla con normas y actuaciones que asfixian su autonomía.

 

            Esta situación amenazante no debería hacernos olvidar y defender la plena vigencia de la familia fundada sobre el matrimonio del hombre y la mujer. Son muchas las personas que testimonian su valor siendo fieles al matrimonio y al valor insustituíble  de la familia en el ámbito personal y social.

 

1.-Comentamos la situación actual en que nos parece se encuentra la familia y concretamos algunas consecuencias que se derivan de la aplicación de estas cuatro orientaciones.

 
 

 

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario