24 de septiembre de 2021

15º GRUPO DE LA FAMILIA SALESIANA

 HERMANAS DE JESÚS ADOLESCENTE

IJA

Congregación religiosa de derecho diocesano

FUNDACIÓN:

            Se funda el 8 de Diciembre de 1938, en Campo Grande (Brasil).

 

FUNDADOR:

            Fue fundada por Mons. Vicente Bartolomeu María Priante SDB a los 55 años. 

DATOS (A 1 de Enero de 2020):

            19 hermanas.

 

ORIGEN:

Mons. Vicente Priante, con un grupito de «Hijas de María» fundó las Hermanas de Jesús Adolescente. Era un hombre que contemplaba el mundo y la Iglesia de su tiempo, desde una profunda experiencia de Dios, a través de la historia de las personas necesitadas de evangelización.

El intento de la fundación fue responder a dos urgencias advertidas por el obispo:

• Las inmensas necesidades pastorales de una vasta diócesis de unos 400.000 km2, con poquísimos sacerdotes,

• Y el acceso a la vida religiosa de buenas muchachas, en su mayoría hijas de padres con situaciones familiares irregulares, o bien de muchachas que las congregaciones existentes no aceptaban.

Las inmensas necesidades de su diócesis y la acogida de postulantes que no eran aceptadas en otras congregaciones llevaron al obispo a sentar las bases de una congregación misionera.

 

PERTENENCIA A LA FAMILIA SALESIANA

La Congregación fue reconocida oficialmente como grupo de la Familia Salesiana el 1 de Enero de 1989, por el Rector Mayor, don Egidio Viganò.

 

IDENTIDAD:

Las Hermanas de Jesús Adolescente son una Congregación diocesana, bajo la responsabilidad del arzobispo de Campo Grande. El lema es «Todo para todos»; estas palabras de san Pablo guían su compromiso y recuerdan, también, la enseñanza de Don Bosco en el Sistema Preventivo: convertirse en personas consagradas para el bien de sus destinatarios, a los que el Señor envía.

Como Jesús Adolescente, están llamadas a cuidar de las cosas del Padre, siendo la presencia de su amor para los más necesitados y rechazados, para que el mundo sea una única familia.

Desde un punto de vista pastoral, su compromiso principal es la atención al crecimiento integral de sus destinatarios, el crecimiento humano, cristiano y espiritual.

La espiritualidad pone en el centro la persona de Jesucristo y se nutre de su Evangelio. Las Hermanas buscan seguir al Señor en el gozo, en la simplicidad, en la confianza, en el misterio de su obediencia al Padre, en el don de sí mismas al servicio del Reino, creciendo en edad, sabiduría y gracia ante Dios y ante los hombres, haciéndose «Todas para todos». Buscan contemplar e imitar a la Inmaculada Virgen Auxiliadora en su plenitud de amor por Dios y por sus hermanos y hermanas.

 

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