7 de julio de 2020

"LAS HOJITAS DE DON LUIS" - NÚMERO 312


“LUZ DEL MUNDO”

En los ámbitos de la Congregación y Familia Salesiana existe la sana costumbre de cerrar la jornada con unas buenas noches. Reproducimos las Buenas Noches del  Delegado de Antiguos Alumnos de la Federación Regional de Valencia al Consejo Nacional 2012.

¡Ave María Purísima!

Dicen que había una vez, hace cientos de años, en una ciudad de Oriente, un hombre que una noche caminaba por las oscuras calles llevando una lámpara de aceite encendida. La ciudad era muy oscura en las noches sin luna. En determinado momento, se encuentra con un amigo. El amigo lo mira y de pronto lo reconoce. Se da cuenta que es Guno, el ciego del pueblo, y le dice:
¿Qué haces Guno, tú ciego, con una lámpara en la mano?, si tú no ves…
El ciego le responde:
Yo no llevo la lámpara para ver mi camino. Yo conozco la oscuridad de las calles de memoria. Llevo la luz para que otros encuentren su camino cuando me vean… No sólo es importante la luz que me sirve a mí, sino también la que yo uso para que otros puedan también servirse de ella.
Los Antiguos Alumnos debemos ser luz para los demás, porque nosotros hemos tenido la gran oportunidad de conocer la luz, de adquirirla en nuestros años de Colegio, Oratorio, Centro juvenil, Asociaciones y ambientes salesianos en general, y por eso el Antiguo Alumno puede y debe alumbrar el camino para sí mismo y para que sea visto por otros, aunque uno aparentemente no lo necesite y lo debemos hacer por eso, por la educación recibida.
Pero sabemos que alumbrar el camino de los otros, en especial de los jóvenes, no es tarea fácil…
Porque muchas veces en vez de alumbrar oscurecemos mucho más el camino de los demás; y me dirán ... ¿Cómo?
Pues a través del
* desaliento,
* de la crítica,
* el egoísmo,
* el desamor,
* el resentimiento…
Pero al ser Antiguo Alumno debemos sobreponernos sobre todo a este Cómo e iluminar con nuestras vidas, palabras, ideas, el camino de los demás, sin fijarnos si lo necesitan o no… Llevar siempre la luz y no la confusión…
¡Fijaos! Si toda la gente encendiera una luz, el mundo entero estaría iluminado y brillaría día a día con mayor intensidad…
Todos pasamos en la vida por momentos difíciles a veces y los Antiguos Alumnos no somos una excepción…
Todos sentimos el peso del dolor en determinados momentos. Todos sufrimos en algunas ocasiones… Lloramos en otras… Pero no debemos proyectar nuestro dolor cuando alguien desesperado busca ayuda en nosotros, eso nos lo enseñaron bien los salesianos y lo sabemos de Don Bosco, sobre todo si los que buscan ayuda son los jóvenes…
Ante estas situaciones un Antiguo Alumno no debe contestar, como es costumbre:
- La vida es así…
- Siempre se ha hecho así…
- Qué le vamos a hacer…
- Es siempre lo mismo…
- El mundo sigue su camino…
Un Antiguo Alumno no debe contestar así, un Antiguo Alumno tiene esperanza, alegría, empuje, entusiasmo para dar otras respuestas, para hacer otros razonamientos, para buscar y encontrar soluciones… Don Bosco lo hizo y por eso proyectamos, abrimos caminos, perdemos el tiempo entre comillas, ayudamos, colaboramos.
Por eso tú Antiguo Alumno y yo salesiano:
- Sigamos ayudando a los demás, sembrando esperanza en ese corazón herido.
- Nuestro dolor es y fue importante, pero se minimiza si ayudamos a otros a soportarlo, si ayudamos a otros a sobrellevarlo… luz… demos luz.
- Tenemos en el alma el motor que enciende cualquier lámpara, la energía que permite iluminar… Está en cada uno de nosotros el saber usarla… Está en nosotros ser luz y no permitir que los demás vivan en las tinieblas.
¡Antiguo Alumno Salesiano!...
Está en nosotros, permaneced sentados, o ser instrumentos del amor de Dios y ser la sal de la tierra que da sabor a la vida de los demás, ser la luz del mundo, que con tu estilo  de vida, ser Antiguo Alumno, ser Salesiano, pueden encontrar en tí la luz que los guíe al Rey de reyes y Señor de señores, Jesucristo.
“El que alguien toque mi vida es un privilegio. Tocar la vida de alguien es un honor. Pero ayudar a que otros toquen sus propias vidas es un placer indescriptible”.
Que con la ayuda de Dios a través de María Auxiliadora y Don Bosco sepamos ayudar en nuestro ser de Antiguo Alumno la vida de los demás, en especial de los jóvenes, para que ellos se acerquen cada día más a la VIDA DE DIOS.
Esto es lo que nos enseñaron, hagámoslo realidad.
¡Buenas noches nos de Dios!
                                                                                            Eduardo Arduña Lafora




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