16 de junio de 2020

¿SABÍAS QUE...? - Número 16



…el monumento situado ante la Basílica de María Auxiliadora de Turín dedicado a Don Bosco no pudo ser inaugurado cuando estaba previsto por el conflicto bélico de la Primera Guerra Mundial?

EL MONUMENTO A DON BOSCO EN TURÍN

Acaba de cumplirse el primer centenario de la erección del monumento dedicado a Don Bosco por sus Antiguos Alumnos, inaugurado el 23 de mayo de 1920, víspera de la festividad de María Auxiliadora y dentro de los actos del II Congreso Internacional de Antiguos Alumnos Salesianos, presidido por el Rector Mayor Don Pablo Albera. Pero su gestación procede de mucho más atrás.
Efectivamente, durante la construcción de la Basílica de María Auxiliadora en Valdocco, se quedó mirando Don Bosco las líneas de la fachada que iba elevándose, pero el conjunto no quedaba como a él le hubiese gustado pues la plaza delantera era un espacio baldío de tierra en bajada hacia el centro de la ciudad. Así, el propio Don Bosco, con esa mirada profunda y típica en él, había dicho contemplando la fachada: “Algún día colocaremos un monumento dedicado a Moisés golpeando la roca y con el agua brotando a borbotones recogida por una pila”. Por eso no es de extrañar, que ese lugar inicialmente vacío debiera ser ocupado por el fundador de la Congregación, el padre de miles de chicos necesitados, la persona que transformó la sociedad de Turín, el educador que supo hacer brotar del corazón de los jóvenes el amor a borbotones.
La propuesta nació en el I Congreso Internacional de los Antiguos Alumnos, celebrado en Turín del 8 al 10 de septiembre de 1911. Su Presidente electo fue el Diputado parlamentario por Regio Calabria el Excmo. Giuseppe Micheli, antiguo alumno del Oratorio y de Parma, quien no pudo asistir presencialmente por haber estallado en su provincia el cólera-morbo y decidió permanecer en su distrito presidiendo el gabinete de crisis, siendo sustituido por Don Arturo Poesio.
Sin embargo, al final del Congreso, Micheli envió un telegrama con una propuesta irrechazable (“un ardentísimo voto”) porque “…el Congreso resolviera celebrar el próximo centenario del nacimiento de Don Bosco (16 agosto 1915) con la erección de un monumento en la plaza de María Auxiliadora, sacado a concurso entre todos los escultores del mundo”. Esta propuesta enardeció a los asistentes y contó con el beneplácito unánime de todos los representantes asistentes al Congreso. También los salesianos supieron ver las ventajas de un símbolo real y permanente para la consolidación efectiva y definitiva de la Federación de los Antiguos Alumnos e hicieron partícipes de la idea a otros grupos de la Familia Salesiana de entonces.
Así pues, Don Rinaldi llamó a consejo a los más entusiastas y se nombraron dos Comités para acordar cómo llevar a cabo la iniciativa: uno promotor y otro ejecutivo. Presidió ambos Comités Pietro Gribaudi, que era concejal del Ayuntamiento de Turín. Se propuso que el coste del monumento corriera a cargo de todos los Antiguos Alumnos del mundo, incluidas las ex alumnas de las Hijas de María Auxiliadora, por lo que se creó un periódico para alimentar la idea llamado “Federación”. Se realizó una recaudación de fondos para crear el monumento, que tuvo mucho éxito. No tardó en fluir el dinero por distintas vías, cercanas o lejanas, se quería que el monumento fuera lo más popular posible, y que todo el mundo aportara la cantidad que pudiera. La suma estimada era de 200.000 liras, a la que pronto se llegó con donaciones gratuitas, y con la Ciudad de Turín contribuyendo con 20.000 liras por su cuenta.
Para elegir al escultor del monumento se convocó un concurso entre los artistas de Europa y América. Llegaron 62 bocetos de 59 artistas que fueron expuestos en un salón del Oratorio. La Exposición se abrió con gran solemnidad, fue visitada por personajes insignes, también la prensa se interesó mucho por el concurso. Un jurado internacional de siete componentes eligió las cinco obras que mejor respondían al fin propuesto, distribuyendo entre sus autores un premio de diez mil liras de entonces. Entre ellos hubo un nuevo concurso, permitiéndoles hacer las modificaciones pertinentes para respetar el fin desead. De entre éstos, hubo una nueva selección, quedando como finalistas el piamontés Gaetano Cellini y el toscano Cesare Zocchi, siendo elegido el primero.
En 1914 se excavaron los terrenos, pero cuando más ocupados en sus tareas estaban los obreros en la plaza de María Auxiliadora y los fundidores de Florencia, estalló la Primera Guerra Mundial, y todo el bronce producido por Italia era destinado al ejército, por lo que hubo que posponer la celebración del II Congreso y la inauguración del monumento prevista para 1915.
Así pues, al finalizar la guerra y cuando fue ello posible, fue inaugurado el monumento el 23 de mayo de 1920, víspera de la Festividad de María Auxiliadora y solemnidad de Pentecostés, habiendo sido convocados varios Congresos Internacionales de la Obra de Don Bosco: junto al II Congreso de Antiguos Alumnos Salesianos, el VIII de los Cooperadores Salesianos y el II de las Antiguas Alumnas.
Prevista para las 11 horas de ese día, la inauguración fue majestuosa. Grande fue la participación del público, el entusiasmo vivo y sincero de todos los presentes. Para la ocasión, el comité organizador del evento también instaló un sistema de iluminación escenográfica que incluía el monumento, la iglesia de María Auxiliadora y el oratorio adyacente.
Cuando cayó la tela que cubría el monumento todos los presentes estallaron en aplausos y vítores de júbilo, pues las imágenes recogían fielmente el sentir de toda la obra de Don Bosco.
El primer presidente de la Federación Internacional de los Antiguos Alumnos, Pietro Gribaudi dio la motivación al escribir que "en un monumento construido en los prados de Valdocco, Don Bosco sólo podía aparecer rodeado de muchachos. Lo habíamos visto así, siempre así. Yo mismo, que sólo tenía diez años cuando entré en el Oratorio, me había sorprendido de ver la multitud de niños casi colgando de sus manos al cruzar el patio. Todos corríamos a su alrededor, y nos contentamos con tocar su mano con un dedo, y él nos sonreía con esos ojos oscuros y vivísimos (...) Aquél era Don Bosco, nuestro padre, el padre de nosotros, hijos".
La composición escultórica de Cellini representa como figura principal a Don Bosco bromeando con unos niños, a quien mira con expresión de amor y tira de uno de ellos hacia arriba, como símil que representa la educación. A los pies del monumento hay otro grupo escultórico que representa la fe que conforta al hombre. A ambos lados del frontal, se representan otras escenas que recuerdan el amor de Don Bosco por María Auxiliadora, las misiones y otros temas laborales y sociales del trabajo pastoral de los salesianos.
Entrando más en detalle, el monumento consiste en una pirámide truncada y dos alas laterales que forman una especie de altar. En la parte superior y central de la pirámide está el grupo principal que consiste en la figura del santo, rodeado de 4 niños; en la base de la escalera está el grupo de "La humanidad inclinada al beso de la cruz" en forma de una mujer con velo que ofrece a un hombre el crucifijo para besar.
Las alas laterales representan las principales devociones de Don Bosco: a la derecha, la "devoción a la Sagrada Eucaristía" representada por un robusto trabajador en adoración, ante el cual una mujer reza y una madre expresa la ternura de la maternidad cristiana; a la izquierda la "devoción a la Virgen María Auxiliadora" donde un orgulloso salvaje se postra ante María Auxiliadora, a la que dos devotas vírgenes le llevan flores.
 
Alrededor de la pirámide corre un festón con un motivo ornamental de frutas exóticas, que recuerda el tema de los tres altorrelieves colocados en el reverso y que muestran algunos de los principales ámbitos de acción de los salesianos de Don Bosco en la época del monumento: "los misioneros salesianos entre los emigrantes italianos" en el centro; a la derecha "las escuelas profesionales salesianas", y a la izquierda "las escuelas agrícolas salesianas".
Los jóvenes antiguos alumnos eran miles en la Plaza de María Auxiliadora ese memorable día del 23 de mayo de 1920, provenientes de todo el mundo, para rendir homenaje universal al hombre que había sido llamado autor de una “bondad internacional”. Aunque Don Rinaldi fuese el verdadero artífice motivador de llevar a la práctica este monumento, fue Don Albera el Rector Mayor de los dos primeros congresos de los AA.AA., y, por tanto, del proyecto e inauguración del monumento a Don Bosco erigido por la Federación Internacional de AA.AA. ante la Basílica de María Auxiliadora de Turín. Aprovechó estas circunstancias para hablar del monumento, de la Asociación de AA.AA., de las relaciones de los salesianos con los AA.AA. Son dignas de lectura todas sus palabras, pero en relación al monumento dijo que ya había escrito en repetidas ocasiones a los salesianos sobre este proyecto, y puntualizó claramente que la idea había nacido de los Antiguos Alumnos y que solo ellos son los que quieren llevar adelante este proyecto para mostrar así su gratitud a Don Bosco por la educación recibida.
Hizo una bonita referencia a la relación existente entre salesianos, monumento y Antiguos Alumnos: “Entre el monumento de Don Bosco y los Antiguos Alumnos existe una conexión muy íntima. La idea del monumento y la de la Federación internacional son… dos ideas gemelas, nacidas al mismo tiempo; y el monumento, expresión del afecto agradecido de los ex alumnos, viene a ser también el centro, el estandarte en torno al cual se estrechan en un haz poderoso y compacto sus falanges. Es natural, pues, que el monumento me haga pensar más intensamente en ellos, mirando a los medios mejores para estrecharlos cada vez más entre ellos y con nosotros, y haciendo así más activo y eficaz su contribución a la acción salesiana. Ahora bien, la recomendación que he querido haceros mira precisamente a preparar buenos exalumnos, que sean nuestros más aficionados amigos y celosos cooperadores. He dicho celosos cooperadores, porque no debemos olvidar que los exalumnos de cada una de nuestras casas, hechos ya hombres adultos y conseguida su posición estable en la sociedad, se añaden por ello mismo a la inmensa falange de la Pía Unión de Cooperadores Salesianos”.


PARA LA REFLEXIÓN
1. ¿Qué te viene a la mente cuando ves un monumento dedicado a Don Bosco?
2. ¿Eres capaz de ver toda la obra salesiana en el monumento a Don Bosco de Turín? ¿por qué te llama la atención que fueran los AA.AA. los precursores de esta idea?
3. ¿Cómo extrapolarías la situación de aquél momento a nuestra época actual?
Puedes consultar más ampliamente la historia del monumento dedicado a Don Bosco de Turín pinchando en los siguientes enlaces:

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