…el monumento situado ante la Basílica
de María Auxiliadora de Turín dedicado a Don Bosco no pudo ser inaugurado
cuando estaba previsto por el conflicto bélico de la Primera Guerra Mundial?
EL MONUMENTO A DON BOSCO
EN TURÍN
Acaba de cumplirse el primer centenario de la
erección del monumento dedicado a Don Bosco por sus Antiguos Alumnos,
inaugurado el 23 de mayo de 1920,
víspera de la festividad de María Auxiliadora y dentro de los actos del II
Congreso Internacional de Antiguos Alumnos Salesianos, presidido por el Rector
Mayor Don Pablo Albera. Pero su gestación procede de mucho más atrás.
Efectivamente, durante la construcción de la
Basílica de María Auxiliadora en Valdocco, se quedó mirando Don Bosco las
líneas de la fachada que iba elevándose, pero el conjunto no quedaba como a él le
hubiese gustado pues la plaza delantera era un espacio baldío de tierra en bajada
hacia el centro de la ciudad. Así, el propio Don Bosco, con esa mirada profunda
y típica en él, había dicho contemplando la fachada: “Algún día colocaremos un monumento dedicado a Moisés golpeando la roca
y con el agua brotando a borbotones recogida por una pila”. Por eso no es
de extrañar, que ese lugar inicialmente vacío debiera ser ocupado por el
fundador de la Congregación, el padre de miles de chicos necesitados, la
persona que transformó la sociedad de Turín, el educador que supo hacer brotar
del corazón de los jóvenes el amor a borbotones.
La propuesta nació en el I Congreso Internacional de los Antiguos Alumnos, celebrado en Turín
del 8 al 10 de septiembre de 1911. Su Presidente electo fue el Diputado
parlamentario por Regio Calabria el Excmo. Giuseppe Micheli, antiguo alumno del
Oratorio y de Parma, quien no pudo asistir presencialmente por haber estallado
en su provincia el cólera-morbo y decidió permanecer en su distrito presidiendo
el gabinete de crisis, siendo sustituido por Don Arturo Poesio.
Sin embargo, al final del Congreso, Micheli envió
un telegrama con una propuesta irrechazable (“un
ardentísimo voto”) porque “…el
Congreso resolviera celebrar el próximo centenario del nacimiento de Don Bosco
(16 agosto 1915) con la erección de un monumento en la plaza de María
Auxiliadora, sacado a concurso entre todos los escultores del mundo”. Esta
propuesta enardeció a los asistentes y contó con el beneplácito unánime de
todos los representantes asistentes al Congreso. También los salesianos
supieron ver las ventajas de un símbolo real y permanente para la consolidación
efectiva y definitiva de la Federación de los Antiguos Alumnos e hicieron
partícipes de la idea a otros grupos de la Familia Salesiana de entonces.
Así pues, Don Rinaldi llamó a consejo a los más
entusiastas y se nombraron dos Comités para acordar cómo llevar a cabo la
iniciativa: uno promotor y otro ejecutivo. Presidió ambos Comités Pietro
Gribaudi, que era concejal del Ayuntamiento de Turín. Se propuso que el coste
del monumento corriera a cargo de todos los Antiguos Alumnos del mundo,
incluidas las ex alumnas de las Hijas de María Auxiliadora, por lo que se creó
un periódico para alimentar la idea llamado “Federación”.
Se
realizó una recaudación de fondos para crear el monumento, que tuvo mucho
éxito. No tardó en fluir el dinero por distintas vías,
cercanas o lejanas, se quería que el monumento fuera lo más popular posible, y
que todo el mundo aportara la cantidad que pudiera. La suma
estimada era de 200.000 liras, a la que pronto se llegó con donaciones
gratuitas, y con la Ciudad de Turín contribuyendo con 20.000 liras por su
cuenta.
Para elegir al escultor del monumento se convocó un
concurso entre los artistas de Europa y América. Llegaron 62 bocetos de 59
artistas que fueron expuestos en un salón del Oratorio. La Exposición se abrió
con gran solemnidad, fue visitada por personajes insignes, también la prensa se
interesó mucho por el concurso. Un jurado internacional de siete componentes
eligió las cinco obras que mejor respondían al fin propuesto, distribuyendo
entre sus autores un premio de diez mil liras de entonces. Entre ellos hubo un
nuevo concurso, permitiéndoles hacer las modificaciones pertinentes para
respetar el fin desead. De entre éstos, hubo una nueva selección, quedando como
finalistas el piamontés Gaetano Cellini y el toscano Cesare Zocchi, siendo
elegido el primero.
En 1914 se excavaron los terrenos, pero cuando más
ocupados en sus tareas estaban los obreros en la plaza de María Auxiliadora y
los fundidores de Florencia, estalló la Primera Guerra Mundial, y todo el
bronce producido por Italia era destinado al ejército, por lo que hubo que
posponer la celebración del II Congreso y la inauguración del monumento prevista
para 1915.
Así pues, al finalizar la guerra y cuando fue ello
posible, fue inaugurado el monumento el 23 de mayo de 1920, víspera de la
Festividad de María Auxiliadora y solemnidad de Pentecostés, habiendo sido
convocados varios Congresos
Internacionales de la Obra de Don Bosco: junto al II Congreso de Antiguos
Alumnos Salesianos, el VIII de los Cooperadores Salesianos y el II de las
Antiguas Alumnas.
Prevista para las 11 horas de ese
día, la inauguración fue majestuosa. Grande fue la participación del público,
el entusiasmo vivo y sincero de todos los presentes. Para la ocasión, el comité
organizador del evento también instaló un sistema de iluminación escenográfica
que incluía el monumento, la iglesia de María Auxiliadora y el oratorio adyacente.
Cuando cayó la tela que cubría el
monumento todos los presentes estallaron en aplausos y vítores de júbilo, pues
las imágenes recogían fielmente el sentir de toda la obra de Don Bosco.
El
primer presidente de la Federación Internacional de los Antiguos Alumnos, Pietro
Gribaudi dio la motivación al escribir que "en un monumento construido
en los prados de Valdocco, Don Bosco sólo podía aparecer rodeado de muchachos.
Lo habíamos visto así, siempre así. Yo mismo, que sólo tenía diez años cuando
entré en el Oratorio, me había sorprendido de ver la multitud de niños casi
colgando de sus manos al cruzar el patio. Todos corríamos a su alrededor, y nos
contentamos con tocar su mano con un dedo, y él nos sonreía con esos ojos
oscuros y vivísimos (...) Aquél era Don Bosco, nuestro padre, el padre de
nosotros, hijos".
La composición
escultórica de Cellini representa como figura principal a Don Bosco
bromeando con unos niños, a quien mira con expresión de amor y tira de uno de
ellos hacia arriba, como símil que representa la educación. A los pies del
monumento hay otro grupo escultórico que representa la fe que conforta al
hombre. A ambos lados del frontal, se representan otras escenas que recuerdan
el amor de Don Bosco por María Auxiliadora, las misiones y otros temas
laborales y sociales del trabajo pastoral de los salesianos.
Entrando más en detalle, el monumento consiste en una
pirámide truncada y dos alas laterales que forman una especie de altar. En la
parte superior y central de la pirámide está el grupo principal que consiste en
la figura del santo, rodeado de 4 niños; en la base de la escalera está el
grupo de "La humanidad inclinada al beso de la cruz" en forma de una
mujer con velo que ofrece a un hombre el crucifijo para besar.
Las alas laterales representan las principales
devociones de Don Bosco: a la derecha, la "devoción a la Sagrada
Eucaristía" representada por un robusto trabajador en adoración, ante el
cual una mujer reza y una madre expresa la ternura de la maternidad cristiana;
a la izquierda la "devoción a la Virgen María Auxiliadora" donde un
orgulloso salvaje se postra ante María Auxiliadora, a la que dos devotas
vírgenes le llevan flores.
Alrededor de la pirámide corre un festón con un motivo
ornamental de frutas exóticas, que recuerda el tema de los tres altorrelieves
colocados en el reverso y que muestran algunos de los principales ámbitos de
acción de los salesianos de Don Bosco en la época del monumento: "los
misioneros salesianos entre los emigrantes italianos" en el centro; a la
derecha "las escuelas profesionales salesianas", y a la izquierda
"las escuelas agrícolas salesianas".
Los jóvenes
antiguos alumnos eran miles en la Plaza de María Auxiliadora ese memorable día
del 23 de mayo de 1920, provenientes de todo el mundo, para rendir homenaje
universal al hombre que había sido llamado autor de una “bondad
internacional”. Aunque Don Rinaldi
fuese el verdadero artífice motivador de llevar a la práctica este monumento,
fue Don Albera el Rector Mayor de los dos primeros congresos de los
AA.AA., y, por tanto, del proyecto e inauguración del monumento a Don Bosco
erigido por la Federación Internacional de AA.AA. ante la Basílica de María Auxiliadora
de Turín. Aprovechó estas circunstancias para hablar del monumento, de la
Asociación de AA.AA., de las relaciones de los salesianos con los AA.AA. Son
dignas de lectura todas sus palabras, pero en relación al monumento dijo que ya
había escrito en repetidas ocasiones a los salesianos sobre este proyecto, y
puntualizó claramente que la idea había nacido de los Antiguos Alumnos y que
solo ellos son los que quieren llevar adelante este proyecto para mostrar así
su gratitud a Don Bosco por la educación recibida.
Hizo una bonita
referencia a la relación existente entre salesianos, monumento y Antiguos
Alumnos: “Entre el monumento de Don Bosco y los Antiguos Alumnos existe una
conexión muy íntima. La idea del monumento y la de la Federación internacional
son… dos ideas gemelas, nacidas al mismo tiempo; y el monumento, expresión del
afecto agradecido de los ex alumnos, viene a ser también el centro, el
estandarte en torno al cual se estrechan en un haz poderoso y compacto sus
falanges. Es natural, pues, que el monumento me haga pensar más intensamente en
ellos, mirando a los medios mejores para estrecharlos cada vez más entre ellos
y con nosotros, y haciendo así más activo y eficaz su contribución a la acción
salesiana. Ahora bien, la recomendación que he querido haceros mira
precisamente a preparar buenos exalumnos, que sean nuestros más aficionados
amigos y celosos cooperadores. He dicho celosos cooperadores, porque no debemos
olvidar que los exalumnos de cada una de nuestras casas, hechos ya hombres adultos
y conseguida su posición estable en la sociedad, se añaden por ello mismo a la
inmensa falange de la Pía Unión de Cooperadores Salesianos”.
PARA LA
REFLEXIÓN
1.
¿Qué te viene a la mente cuando ves un monumento dedicado a Don Bosco?
2. ¿Eres
capaz de ver toda la obra salesiana en el monumento a Don Bosco de Turín? ¿por
qué te llama la atención que fueran los AA.AA. los precursores de esta idea?
3. ¿Cómo
extrapolarías la situación de aquél momento a nuestra época actual?
Puedes consultar más ampliamente la historia del monumento
dedicado a Don Bosco de Turín pinchando en los siguientes enlaces:
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