SANTA
ÁNGELA DE LA CRUZ
¡Que nos queramos como hermanos!, así lo quiere el Señor, así lo
predicaba Jesús , así lo leemos en el Evangelio y así lo quería Sor Ángela.
Santa Ángela de la Cruz nos dice que, para que esta virtud eche
profundas raíces en el alma tiene que estar fundamentada en tres puntos:
1º.- Conocimiento de Dios.
2º.- Conocimiento del prójimo.
3º.- Conocimiento de nosotros mismos.
*Para llegar al conocimiento de Dios tenemos que tener claro
que Dios es nuestro creador, todo cuanto existe ha salido de sus manos. Ella
decía:”A mí también me ha creado y me conserva dándome todo cuanto
tengo y me conviene”.
“Tenemos que verlo todo venido de la mano de
Dios y nada de sus criaturas… …viéndolo así, no nos disgustamos ni resentimos
por nada; se acaban los agravios para el que así piensa; nunca se entibia su
amor al prójimo…
*Con referencia al conocimiento del prójimo decía Madre
Ángela: “Para ejercicio mutuo permite Nuestro Señor muchas veces, que
estén muy de relieve los defectos de algunas criaturas y ocultas sus virtudes;
y en otras, lo contrario…”
Resalta que Dios nos ha dado a cada uno lo que somos y lo que
podemos: cualidades, virtudes, talento. “Nuestro Señor, dueño de todo,
reparte sus dones a quien quiere y como es su santa voluntad”.
Hemos de mirar a nuestros hermanos con amor, sin darle valor a sus
deficiencias. Decía ella que uniendo estos dos puntos primeros, “resulta el
fundamento verdaderamente sólido de la Caridad Fraterna”
*Con respecto al conocimiento propio escribía Sor Ángela de
la Cruz: “Profundicemos en nuestro interior y veremos que tampoco nos hemos
hecho a nosotros: si algo bueno tenemos es de Dios, por lo que no nos podemos
envanecer y mucho menos creernos superiores a los demás… …profundizando
encontraremos tantas cosas imperfectas… que nos confundiremos en la presencia¡Que
nos queramos como hermanos!, así lo quiere el Señor, así lo predicaba Jesús ,
así lo leemos en el Evangelio y así lo quería Sor Ángela.
Santa Ángela de la Cruz nos dice que, para que esta virtud eche
profundas raíces en el alma tiene que estar fundamentada en tres puntos:
1º.- Conocimiento de Dios.
2º.- Conocimiento del prójimo.
3º.- Conocimiento de nosotros mismos.
*Para llegar al conocimiento de Dios tenemos que tener claro
que Dios es nuestro creador, todo cuanto existe ha salido de sus manos. Ella
decía:”A mí también me ha creado y me conserva dándome todo cuanto
tengo y me conviene”.
“Tenemos que verlo todo venido de la mano de
Dios y nada de sus criaturas… …viéndolo así, no nos disgustamos ni resentimos
por nada; se acaban los agravios para el que así piensa; nunca se entibia su
amor al prójimo…
*Con referencia al conocimiento del prójimo decía Madre
Ángela: “Para ejercicio mutuo permite Nuestro Señor muchas veces, que
estén muy de relieve los defectos de algunas criaturas y ocultas sus virtudes;
y en otras, lo contrario…”
Resalta que Dios nos ha dado a cada uno lo que somos y lo que
podemos: cualidades, virtudes, talento. “Nuestro Señor, dueño de todo,
reparte sus dones a quien quiere y como es su santa voluntad”.
Hemos de mirar a nuestros hermanos con amor, sin darle valor a sus
deficiencias. Decía ella que uniendo estos dos puntos primeros, “resulta el
fundamento verdaderamente sólido de la Caridad Fraterna”
*Con respecto al conocimiento propio escribía Sor Ángela de
la Cruz: “Profundicemos en nuestro interior y veremos que tampoco nos hemos
hecho a nosotros: si algo bueno tenemos es de Dios, por lo que no nos podemos
envanecer y mucho menos creernos superiores a los demás… …profundizando
encontraremos tantas cosas imperfectas… que nos confundiremos en la presencia
de Dios al ver de lo que somos capaces, si no nos mirara con misericordia”
*Si resumimos veremos que dice: el que
tiene caridad basada en los tres puntos anteriores se hace todo para todos,
incluso llevando a cabo grandes sacrificios; en lo material procura ayudar a
todos con su trabajo; en lo espiritual ayuda con su buen ejemplo; cumple con
sus obligaciones como ciudadano y como cristiano, estimulando a los demás para
que también los cumplan y practiquen.
Estas notas entresacadas de la profunda doctrina de las numerosas
cartas que Madre Ángela de la Cruz escribía a las Comunidades de sus Hijas, son
para nosotros como una pinceladita de los abundantes pensamientos brotados del
tesoro de su espiritualidad.
Caridad Fraterna, o mejor, cumplimiento del gran mandamiento de
Jesús: “Amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a nosotros mismos”.
(Mt.22,34)
Luis Cornello
Espina, sdb.
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