LA
FAMILIA Y SU PARTICIPACIÓN
EN EL
DESARROLLO DE LA SOCIEDAD
Lect: Decreto sobre el apostolado seglar, del
Concilio Vaticano II, nº 11.
1.- “El Creador del mundo estableció la sociedad conyugal como
origen y fundamento de la sociedad humana, por tanto la familia es célula
primaveral y vital de las sociedad”. (Decreto del Vaticano II sobre el
Apostolado de los seglares).
2.- Podríamos añadir que la familia no solo es célula, sino átomo
que encierra en sí una energía nuclear capaz de transformar la sociedad entera.
3.- Se puede afirmar que la sociedad no es un conjunto de
personas, sino un conjunto de familias, y según sean éstas, así será la
sociedad.
4.- Hemos comentado ya que la familia cristiana, por su propia
naturaleza de ser comunidad de vida y amor y por su característica de
cristiana, no puede encerrarse en sí misma, sino abrirse a la sociedad
participando y asumiendo distintas funciones sociales y políticas en el mejor
sentido de estas palabras, o sea participando en actividades públicas.
5.- La primera aportación de la familia a la sociedad es su
experiencia de comunión y de participación.
6.- En la familia conviven distintas generaciones y se ayudan
armonizando los derechos y las exigencias de cada uno, por lo que en ella podemos
ver una auténtica comunidad de personas que sirve como primera escuela de
socialidad, ejemplo para relaciones comunitarias más amplias, donde es posible
una vida propiamente humana custodiando y transmitiendo las virtudes y los
valores.
7.- Además de esta labor de testimonio las familias pueden
dedicarse otras obras de servicio social a las que no llega la asistencia de
las autoridades públicas, como hospitalidad y preocupación por personas en
situaciones especiales de necesidad.
8.- Otra misión que pueden realizar, tanto solas como asociadas,
es procurar que las leyes y las instituciones no solo no ofendan, sino que
sostengan y defiendan positivamente los derechos y los deberes de la familia,
creciendo en la conciencia de ser protagonistas y asumiendo la responsabilidad
de la sociedad.
9.- En diversos países, instituciones y leyes no solo desconocen
los derechos de la familia, sino que la atacan en sus exigencias y en sus
valores.
10.- Por eso la Iglesia los proclama y defiende, citando estos
como más apremiantes, recogidos en la exhortación apostólica del Papa y en la
“Carta de los derechos de la familia” presentada por la Santa Sede:
- a fundar una familia y tener los recursos para mantenerla
- a ejercer la propia
responsabilidad en la transmisión de la vida
- a la intimidad de la vida conyugal y familiar
- a la estabilidad del vínculo y de la institución matrimonial
- a creer y profesar su propia fe y a difundirla
- a educar a sus hijos de acuerdo con sus propias convicciones,
tradiciones y valores religiosos y culturales, con los medios e instituciones
necesarias
- a obtener seguridad física, social, política y económica
- a poder disfrutar de una vivienda adecuada
- a la expresión y representación ante las autoridades, tanto por
sí mismas como por medio de asociaciones
- a proteger a los menores, ancianos y a los más débiles de los
peligros que les afecten con las leyes apropiadas.
11.- Después de una reflexión seria, las postura de una familia
cristiana no puede ser la queja o la lamentación, sino recordar que está
fundada sobre el sacramento del matrimonio, y que este sacramento, asumiendo la
realidad humana del amor conyugal, capacita y compromete a los esposos y padres
cristianos a “buscar el reino de Dios gestionando los asuntos temporales y ordenándolos
según Dios” (Const. del Vaticano II sobre la Iglesia).
12.- Las familias cristianas podrán realizar esto por medio de su
acción educadora, con un compromiso activo para el crecimiento humano de la
sociedad realizado desde la propia familia y con el apoyo a las asociaciones
dedicadas a los problemas de orden local, nacional e internacional.
PARA LA REFLEXIÓN Y
EL DIÁLOGO
1.- ¿De dónde nace la función social de la familia?
2.- ¿Es importante el testimonio de familias cristianas como
escuela de relaciones sociales?
3.- ¿Son conocidos y respetados los derechos citados de la
familia?
4.- ¿Estamos convencidos de nuestra misión como cristianos según
nos enseña el Concilio?
5.- ¿ concretar alguna acción a realizar?
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