“¿SABRÉ
EXPLICAR LO QUE ES UN BESO?”
Mi querido amigo:
Aquí me tienes. Con deseos de hacer del beso un encaje. Y con
temores de que me salga una estera. Es arriesgado escribir sobre esto, pero,
por tu bien, me arriesgo. Y me acojo a tu benevolencia y comprensión.
No es justo que exista una excesiva producción de canciones en las
que se menciona el beso de un modo “degradado”, o no correcto. Te digo
“degradado” porque, sin emplear la palabra precisa, tú me entiendes y
maravillosamente bien.
No hay derecho que el beso, que es el signo más expresivo de un
auténtico amor humano espiritual, se esté convirtiendo en un signo que exprese
pasión y egoísmo descarado o camuflado, porque entonces “signo y beso” se
deterioran.
No es ético que se le esté enseñando y “empujando” a los jóvenes,
a través de imágenes y revistas a besar mal. Y ya me entiendes. Y menos mal que
todavía existe en el mundo una gran cuantía de besos “limpios” (por llamarlos
de una manera) muy superior a la cuantía de besos egoístas (por llamarlos de
otra manera).
Y me parece que me voy explicando o medio explicando y que tú,
querido amigo, me vas entendiendo o medio entendiendo. Es más, pienso que
diciendo estas cosas a medias tú las comprendes enteras. Continuo.
En el mundo existen millones de besos maternos, fraternos,
filiales, esponsales y “noviales” (de novios) que expresan donación, servicio, amabilidad, ayuda, cariño... Son
besos limpios y puros en donde el elemento sexual queda apartado como “no
necesario” para manifestar el amor. Pensemos en lo que significa el beso del
esposo a la esposa -o viceversa- cuando se está enfermo, delicado o bajo una
fuerte depresión...
El beso es “signo” de algo profundo del ser humano. Es reflejo del
interior. En él hay concentrado respeto, delicadeza, comprensión, ternura,
ausencia de egoísmo, perdón... El beso lleva mucha humanidad concentrada. Lleva
mucha riqueza. Por eso me duele que se juegue con el beso, se prodigue muy a la
ligera o se emplee para ocultar bajos instintos.
Existen muchos besos. ¿te los enumero? Existen el beso de la
madre. El del hijo. El del padre. El del esposo/a. El beso del esposo santo y
del esposo menos santo. El beso del amiguete (por no decirte otra cosa). El
beso de la prostituta. El beso de paso. Los besos sostenidos y con bemoles. El
beso de Judas. El beso sexual, limpio y el beso sexual egoísta. El beso carnal
y el beso espiritual. El beso de protocolo. También existe el “beso de Dios”.
En fin, hay muchas clases de besos como puedes darte cuenta.
Comprenderás que yo no voy a analizar tus besos. Dios me libre.
Pero sí he querido hacer, querido amigo, estos “pinitos” para sacar una
moraleja. Yo sé que no me he explicado del todo bien, pero sí sé que tú me has
ido entendiendo lo que yo he querido decirte entre líneas y en tan breve
espacio. Piénsalo.
La moraleja es: conviene que en tu autocontrol analices tus besos,
porque en el beso está reflejada tu persona o tu pasión o tu egoísmo... Al
analizar tus besos, al estudiarlos, podrás darte cuenta de muchas cosas y sacar
sus consecuencias.
Quise hacer un encaje y me ha salido una estera. Perdona.
Te envía un fuerte abrazo y un “beso de Dios” tu afmo. en Xto.
L.V. (De LA
QUINCENAL, 1 de febrero de 1989. Núm.198)
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