A partir del "sacramento salesiano" de la presencia
32. El Rector Mayor, Padre Ángel Fernández Artime, en su propuesta de programa tras el CG 28, presenta un original e interesante contenido en el número 3: "Vivir el 'sacramento salesiano' de la presencia"16. En esta reflexión, el tema de la comunicación está profundamente unido al del carisma y la misión salesiana. Comunicar es vivir nuestra consagración a los jóvenes con el estilo educativo de Don Bosco y encarnar entre ellos la presencia del "buen pastor comunicador". Hoy hay un gran cambio en lo que entendemos por "presencia", que es física, pero también, virtual. Una presencia en la que hay continuidad entre el mundo offline y el online: ahí es donde debemos garantizar la presencia salesiana.
Vivir el sacramento de la presencia comunicativa significa dar valor a nuestra elección, que es ser Salesianos para los jóvenes. Además, evangelizar en el mundo digital no significa solo crear una red de contactos o compartir información. Nuestra tarea es mostrar que la autenticidad y la novedad de nuestra comunicación son fruto de la fidelidad a nuestra consagración religiosa, de nuestro testimonio de vida y de nuestra capacidad de diálogo; el resultado del encuentro entre cercanía, acogida y confianza, establecidos en las relaciones humanas e institucionales.
Hoy, comunicar significa ofrecer un testimonio, compartir experiencias, servir a los demás. Significa también potenciar iniciativas orientadas al arte, al voluntariado, a la caridad. Por lo tanto, comunicar desde el "sacramento salesiano" de la presencia significa tratar de expresar clara y visiblemente que nuestra misión es educar a los jóvenes más pobres. Somos un movimiento de personas reunidas en torno a esta misión iluminada por el Evangelio, punto de partida fundamental para vivir la comunicación como comunión fraterna y servicio solidario.
Comunicación y comunión fraternal
33. Dios crea un diálogo con el hombre. No se impone: se propone. Busca ante todo el asentimiento de su criatura. La comunicación es una realidad sencilla y fundamental: es la relación entre el hombre y Dios, entre persona y persona, entre personas y grupos, y de éstos entre sí. Consiste en escuchar, recibir, acoger y, posteriormente, dar, transmitir y donar a diversos niveles: personal, familiar, comunitario, social y religioso.
¿Cómo construir la comunión fraterna en nuestras comunidades y en nuestra relación con los jóvenes? Hoy en día, a veces falta una comunicación que ponga en el centro las relaciones interpersonales y comunitarias. Los jóvenes se sienten a menudo inmersos en un mundo de conexiones sin valor. Incluso en la vida religiosa se corre el riesgo de perder el sentido del otro, la capacidad de vivir momentos de gratuidad, de compartir y de celebración.
En el documento La vida fraterna en comunidad de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, leemos un importante texto dedicado a la comunicación: "En la renovación de estos años, parece que la comunicación es uno de los factores humanos que adquieren cada vez más importancia para la vida de la comunidad religiosa. La necesidad más sentida de incrementar la vida fraterna de una comunidad lleva consigo la correspondiente exigencia de una comunicación más amplia e intensa. Para llegar a ser hermanos y hermanas es necesario conocerse. Para conocerse, parece muy importante comunicarse de forma más amplia y profunda" 18.
Sin duda, la comunicación es la savia de la comunidad. Sin ella, no hay unidad de corazones y de proyectos, y todo se reduce a un grupo de personas que viven física o virtualmente juntas, pero que están espiritualmente distantes. La relación interpersonal consiste, ante todo, en la comunión fraterna, en el cuidado mutuo, en la conciencia de que la fraternidad se realiza comunicando y construyendo juntos el proyecto de Dios. El futuro de la vida cristiana y religiosa se juega en la comunidad fraterna.
34. San Pablo, uno de los mayores comunicadores de la historia, en su Carta a los Efesios expone un modo de comunicar según la verdad en la caridad (Ef. 4,15). Esto significa desear el crecimiento del otro, dejando a cada uno la libertad de ser él mismo, aceptando sus dones y sus derrotas, pero siempre creyendo y actuando con sinceridad y honestidad. Por supuesto, la fidelidad en la caridad requiere convicciones fuertes y claras, incluido el deber de intervenir entre hermanos y hermanas a nivel personal y comunitario en el momento oportuno y por el bien común, sin intentar plagiar al otro ni convencerle del propio punto de vista.
¿Cuál es el don de los dones? En la comunicación cristiana, el mayor don no es el de las cosas, sino el de nosotros mismos. Por eso, hasta la persona más humilde y sencilla tiene algo que dar y que comunicar. Son nuestros jóvenes, en su camino con nosotros, los que nos enseñan y al mismo tiempo aprenden que la comunicación es "cosa del corazón".
María, un ejemplo de comunicadora para el mundo digital
35. Concluyamos con una breve referencia a María. La Virgen María, Madre de Jesús y de la Iglesia y Auxilio de los cristianos, es un punto de referencia importante para la comunicación en el mundo digital. Una mirada a su actitud, a partir de citas bíblicas, revela su sabiduría y grandeza hasta el punto de que se la puede definir como la "Madre de la Comunicación".
María es la comunicadora de la gracia de Dios, desde su "sí" incondicional y amoroso dirigido a Aquel que la eligió como su elegida (Lc 1,38). María anuncia a Isabel que ha sido elegida para ser la madre de Jesús, del Salvador (Lc 1,39-44). La relación interpersonal entre ellas es un encuentro entre dos mujeres profundamente implicadas en el amor de Dios. Un intercambio entre hermanas, una comunicación hecha de atención y cuidado mutuos.
En Caná de Galilea, María es comunicadora de relaciones humanas, empatía, sensibilidad y apertura. Interpreta la situación con fe, saliendo de sí misma y proyectándose hacia los demás: "Mientras tanto, cuando se acabó el vino, la madre de Jesús le dijo: 'Ya no tienen vino'" (Jn. 2,3). Valora al grupo, sabe vivir en comunidad, participa en sus ritos y se une a la alegría de los invitados. Su comunicación con Jesús y con los invitados al banquete se caracteriza por una autoridad cariñosa, activa, firme y creativa: "La madre dice a los criados: 'Haced lo que él os diga'" (Jn. 2,5). María toma la iniciativa, da el primer paso, dialoga, pregunta, escucha y actúa para encontrar una solución a la falta de vino. Comunicadora y gran guía, muestra una sensibilidad específica por los demás y una actitud activa inmediata, magnífico ejemplo de cercanía fraterna.
En el Cenáculo la vemos silenciosamente presente entre los discípulos de Jesús. En los Hechos de los Apóstoles (1,14), Lucas menciona la humilde presencia de María cuando reciben el Espíritu Santo. Es una mujer de comunión, de integración en la comunidad; se inserta entre los discípulos como Mujer y como Madre de Jesús. Interactúa, escucha, reza, acompaña, participa en la comunidad que está naciendo. Aunque es la Madre de Jesús, no se sitúa por encima de los discípulos. Se comunica con su presencia amable y humilde, con su profundo sentido comunitario.
Al pie de la cruz (Jn 19,25-27), es la comunicadora de la fe en el plan de Dios para cada uno de nosotros. Fiel al amor que se entrega más allá de toda lógica humana, nos enseña a comunicar la redención de Dios en la historia humana y a compartir la esperanza que nunca pasará, porque tiene su fuente en Cristo resucitado.
¡María es la comunicadora que sabe caminar con los jóvenes! Inspirémonos en la gran confianza y devoción que nuestro Padre Don Bosco tenía hacia la Virgen María Auxiliadora, y confiémosle nuestra misión de comunicadores salesianos allí donde estemos presentes.
En un mundo cambiante, María es la estrella que siempre nos guía e ilumina.
Padre Gildàsio M. dos Santos SDB
Consejero General de Comunicación Social
Valdocco, 24 de julio de 2023
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