LOS SUEÑOS DE LOS JÓVENES PARA LA SOCIEDAD Y LA IGLESIA
Con motivo de la celebración del bicentenario del Sueño de Don Bosco a los nueve años se ha realizado un Sínodo Salesiano de los Jóvenes en Valdocco - Colle Don Bosco, durante los días del 11 al 16 de Agosto de 2024. A continuación el punto 2 del documento final:
UNA SOCIEDAD QUE VALORE A LOS JÓVENES
Soñamos con una sociedad que sea capaz de escuchar, dialogar y
ofrecer oportunidades para fortalecer el protagonismo de los jóvenes, sabiendo que los jóvenes son precisamente su presente y su
futuro y que los adultos tienen la delicada y especial tarea de ser
referentes y estímulo para estar a la altura en un mundo que avanza
tan rápido y que nos exige cada vez más estar a la altura. Una sociedad en la que se proteja, apoye y escuche a los jóvenes, creando espacios en los que puedan afrontar situaciones difíciles; una sociedad más respetuosa con las diferencias de experiencias y opiniones
y, sobre todo, más integradora.
APERTURA, ACEPTACIÓN E IGUALDAD
Soñamos con una sociedad que incluya y acoja a todos como personas, especialmente a los jóvenes y a los marginados de una u otra
forma. Queremos una sociedad que acoja a los jóvenes sin discriminación y que no les obligue a mostrarse para ser aceptados; una
sociedad que valore los talentos de los jóvenes, apoye sus vulnerabilidades y preserve los valores evangélicos para que la luz de Cristo
brille en el mundo.
Una sociedad que no enfrente a las personas entre sí, que no les obligue a competir para estar en lo más alto y ser mejores que los demás,
y que no se centre en el rendimiento y los resultados, sino que les
enseñe a reconocerse a sí mismos y a buscar su propio valor, su lugar
en el mundo y sus propias fortalezas para ayudar a los demás.
BUENOS LÍDERES POLÍTICOS
Soñamos con una clase política que ejerza su liderazgo con madurez y responsabilidad y esté siempre al servicio de la sociedad,
garantizando las oportunidades que los jóvenes -especialmente los
más necesitados- necesitan para desarrollar sus proyectos de vida
en plenitud y libertad.
PARTICIPACIÓN EN LA POLÍTICA
QUE CUIDA DE LOS NECESITADOS
Soñamos con una sociedad que se ocupe de los necesitados y marginados. Frente a la «cultura del usar y tirar», queremos asumir un
papel más activo y relevante en la renovación de la sociedad y las
instituciones: una participación social y política nos permitirá reconocer las verdaderas prioridades.
En este sentido, también soñamos con una sociedad que proporcione una orientación que transforme los contextos de los lugares
en los que vivimos. Anhelamos intervenciones políticas y ayudas
que respondan a las necesidades de las respectivas zonas.
EDUCACIÓN INTEGRAL
Soñamos con una sociedad que promueva una educación integral
para todos que garantice el pensamiento crítico, el enfoque diferenciado y el cuidado y protección de nuestra casa común.
Deseamos ser educados y que otros jóvenes reciban educación
política y construyan modelos que puedan seguir, permitiéndoles
potenciar su liderazgo en estos espacios.
CONFIANZA ENTRE ADULTOS Y JÓVENES
Soñamos con una sociedad en la que exista confianza mutua entre adultos y jóvenes, una relación que no esté lastrada por juicios y
prejuicios. Soñamos con adultos serviciales y alegres, que, a través
de su experiencia, escuchen a los jóvenes y reconozcan su enriquecimiento sin verlos como un problema. Con jóvenes que escuchen y
se dejen inspirar por las experiencias de los mayores.
SANACIÓN Y SOLIDARIDAD
Reconocemos el dolor y el sufrimiento experimentados en el pasado y en el presente, y soñamos con una sociedad que busque una
curación profunda y auténtica de las heridas del pasado (familiares,
sociales, institucionales, políticas, etc.). Una sociedad que construya puentes y trabaje por la unidad y la paz, con la esperanza de una
sociedad social y más integrada.
PRESIÓN SOCIAL Y MEDIOS DIGITALES
Soñamos con una sociedad en la que experimentemos menos presiones y juicios por parte de los demás, incluso en nuestras familias. Hemos experimentado las presiones del mundo digital, que
proyecta perfección y altos ideales. Queremos ir más allá de estas
falsas realidades e invertir nuestro tiempo en actividades productivas, incluida la evangelización digital, superando al mismo tiempo
la adicción a las redes sociales.
LA IGLESIA Y LA SOCIEDAD EN COLABORACIÓN
Soñamos con una colaboración más estrecha entre la Iglesia y la
sociedad para que puedan convertirse juntas en promotoras de los
derechos de todos, para que se reconozca que ambas están al servicio de las personas.
En estas relaciones, la dignidad humana y la vida deben ser siempre
reconocidas, respetadas y protegidas.
LA IGLESIA CON CRISTO EN EL CORAZÓN
Soñamos con una Iglesia que sea un lugar vibrante y lleno de fe, con
Cristo en su corazón.
Soñamos con que la Iglesia no tenga miedo de hacer propuestas
valientes que puedan llevar a los jóvenes a tomar decisiones de vida
valientes.
IGLESIA EN MISIÓN
Soñamos con una Iglesia siempre en misión aquí y ahora, presencia
de Cristo vivo en el territorio en el que vivimos. Es una Iglesia en salida (ya sea la Familia Salesiana, los jóvenes o los laicos) que busca
anunciar y hacer conocer el Evangelio a más personas.
La misión se basa sobre todo en la escucha y la observación atenta
para responder a la realidad contemporánea. Por eso soñamos con
una Iglesia en salida y actual, que vuelve los ojos a todos, acogiéndolos con atención individual y al mismo tiempo sin rebajar la propuesta evangélica.
APERTURA, ACOGIDA E IGUALDAD
Soñamos también con una Iglesia auténtica, inclusiva, empática,
sincera, transparente, tolerante, responsable, espiritual y atenta a
los jóvenes. Es una Iglesia abierta y compasiva a las experiencias de
todas las personas -traumas personales, raza, creencias y género sin condenas.
Al tiempo que nos esforzamos por alcanzar la plenitud de la vida y la
verdad en Jesús, soñamos con una Iglesia acogedora, dispuesta a
escuchar opiniones diferentes y opuestas, especialmente las de los
jóvenes, y a fomentar un entorno de encuentro y diálogo en el que
se les respete y no se les etiquete.
Es una Iglesia que da a conocer con alegría el mensaje de Jesús en
el Evangelio, a la vez que busca procesos de formación permanente
y actualizada que proporcionen las herramientas necesarias para
acompañar y afrontar los problemas actuales, especialmente los
que viven los jóvenes.
LÍDERES Y GUÍAS CREÍBLES
Soñamos con una Iglesia liderada por personas creíbles. Una Iglesia
en la que nuestros líderes, los Salesianos, colaboren con la comunidad cristiana y vivan como Don Bosco en el patio, y estén disponibles para escuchar a los jóvenes. Soñamos también con líderes de
la Iglesia que evangelicen con el amor de Cristo y ejemplifiquen sus
enseñanzas estando cerca de la realidad de los jóvenes.
Soñamos con una Iglesia en la que encontremos personas maduras
que puedan acompañar y guiar a los jóvenes en cuestiones de afectividad y sexualidad. Este acompañamiento se basa en un ambiente
sin prejuicios y acogedor para todos y debe respetar las verdades
sobre el amor.
Soñamos con una Iglesia que trabaje y camine en comunidad para
impactar en la vida de cristianos y no cristianos.
UNA IGLESIA VALIENTE QUE
DA PROTAGONISMO A LOS JÓVENES
Soñamos con una Iglesia que se aleje del poder, del clericalismo y
del uso excesivo de la autoridad, que incluya y dé protagonismo real
a todos, especialmente a los jóvenes, independientemente de su
situación vital, como la diversidad económica y social, la diversidad
sexual y de género, o la diversidad funcional, entre otras. Deseamos
una escucha auténtica por parte de nuestra Iglesia y un sentido de
hogar donde se nos eduque en nuestra fe, y donde la Iglesia no tenga miedo de confiar responsabilidades a los jóvenes en un espíritu
de responsabilidad compartida.
Soñamos con una Iglesia valiente que se pronuncie ante los conflictos, que defienda los derechos humanos, que no sea «tibia» por
miedo y que se implique en los asuntos políticos y sociales a favor
de los más vulnerables.
VOCACIÓN
Soñamos con una Iglesia que ayude a los jóvenes a descubrir su
vocación, acompañándoles en su búsqueda vocacional. Una Iglesia que acompañe a los jóvenes en su discernimiento y los anime a
hacerse disponibles para el servicio, entregando su vida como religiosos, sacerdotes o laicos comprometidos.
EVANGELIZACIÓN EN LENGUAJE JUVENIL
Soñamos con una Iglesia que atraiga a los jóvenes mostrándose
orgullosa de la fe que profesa y creativamente alegre en su animación. Soñamos con una Iglesia que quiera conectar con su comunidad con enseñanzas catequéticas concretas y cercanas, y con
una formación que los jóvenes puedan entender en su lenguaje y
relacionar con su propia vida. Con ello viene un lenguaje más juvenil que trae el contexto evangélico a los tiempos contemporáneos,
facilitando que los jóvenes lo entiendan y se sientan representados
en su forma de vida actual, fomentando así la identificación. También nos gustaría ver otros métodos de enseñanza que transmitan
la tradición sin perder su esencia.
Soñamos con una Iglesia que salga al encuentro de aquellos que no
se sienten queridos o acogidos e invite a otros a compartir nuestra
vida de oración y Sacramentos, y ser una Iglesia que anime a todos
a proclamar la fe para llevar a otros a Jesús.
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