Continúa la publicación de la serie de artículos del padre Gildasio Mendes, Consejero general para la Comunicación Social, sobre el tema "Educar y evangelizar hoy en el hábitat digital. Junto a los jóvenes, hacia el futuro”. Hoy se presenta la cuarta contribución, que pretende abrir una ventana a nuestra visión de lo digital en el contexto de las grandes transformaciones tecnológicas.
¿Cómo educar y evangelizar hoy en el hábitat digital? Muchos de nosotros nos interrogamos sobre esto. La Iglesia y la Congregación Salesiana nos invitan a conocer mejor este hábitat y a evangelizarlo.
Hoy, prácticamente, internet y las redes sociales forman un nuevo mapa en el mundo de las relaciones, la política, la economía, la cultura. Vivir en este ambiente como cristiano y sobre todo evangelizar a las personas no es tarea sencilla. Necesitamos profundizar, conocer y ampliar nuestra visión de lo qué es este universo digital.
En la parte IV de esta serie, me gustaría presentarles una visión más amplia de lo digital, en la que internet, por ejemplo, no es solo un espacio tecnológico digital, y en la que la relación humana en las redes sociales toca algo más profundo de la persona humana
El propósito de esta parte IV es abrir una ventana que nos permita ampliar nuestra visión digital en el contexto de las grandes transformaciones tecnológicas, manteniendo a la persona humana como protagonista. Un punto de inflexión en lo digital a partir de la dimensión cultural y ritual de los medios.
Me gustaría comenzar con una declaración simple que puede ayudarnos a entrar en este tema.
La enfermedad está asociada a la realidad humana. El amor es la expresión de un profundo sentimiento humano. La comida, la música, el fútbol, la forma de vestir, la forma de celebrar un cumpleaños o una fiesta religiosa son expresiones humanas y culturales. La muerte es una expresión de la realidad antropológica.
Esta premisa es fundamental para comprender que la comunicación en todas sus dimensiones -a nivel interpersonal, social, comunitario, virtual- tiene como raíz central la persona humana insertada en su cultura y rituales, que revelan la fuerza y la riqueza de lo humano. Además, esta visión de lo virtual a partir de una noción más amplia de lo humano nos ayuda a evitar cualquier dualismo entre la persona y lo digital, realidad física y realidad virtual, offline y online.
Esta mirada más amplia de la virtualización desde un punto de vista antropológico nos ofrece una forma ensanchada de interpretar nuestro tiempo y espacio real virtual, cambiando cómo a veces consideramos, por ejemplo, la adicción a Internet, la dicotomía entre trabajar a distancia o en presencia, la educación con métodos nuevos o tradicionales.
Este tema merece un estudio aparte. Solo me gustaría introducir algunos puntos que nos ayuden a ampliar la visión de lo virtual a partir de los rituales humanos, los símbolos, el arte, la cocina, el mito.
Personalmente, defino Internet como una vasta red de rituales humanos y culturales. En internet encontramos arte, gastronomía, política, moda, deporte, música, cine, compras, relaciones entre personas, información sobre la vida cotidiana, contenidos religiosos, ritos de vida y muerte. La persona humana comunica porque siempre busca un sentido, una forma de expresar su libertad y sus sueños.
Estos proponen una interpretación de lo digital a partir de fenómenos antropológicos y culturales, como el lenguaje y sus códigos, como elementos fundamentales para la comunicación digital, los símbolos como metáfora del lenguaje digital, y los rituales sociales de la vida cotidiana (diálogo, encuentros, encuentros) como una forma de establecer la interactividad. En el gran mosaico del mundo online encontramos una verdadera red de elementos socioculturales que son característicos de las personas.
Cuando hablamos de moda, comida, música, juegos, nos referimos a aspectos antropológicos, es decir, de cómo entender a la persona dentro de su cultura. Uno de los segmentos de investigación en crecimiento en esta área es la ethnography y la netnography.
Interesante en este sentido, digno de mayor investigación y estudio, es cómo las personas han utilizado las redes sociales durante la crisis del Covid-19, ya sea para encontrar información, para ayudar a otros o para expresar dolor y solidaridad con los familiares de las víctimas, sea la preocupación por el virus. Por lo tanto, un fenómeno humano (enfermedad) se ha convertido en una fuente de interés para comunicarse, para estar online, para participar en la comunidad virtual.
Por ello debemos mirar a Internet como parte de nuestra vida, como expresión y extensión de los rituales humanos. Creo que a partir de estos rituales, de estos elementos antropológicos y culturales, podemos entender mejor lo que está pasando en el universo de la comunicación y en el mundo cambiante. Además, nos insta a acompañar la evolución de la tecnología. Por ejemplo, el 5G supondrá otro gran cambio en la forma de comunicarnos, sobre todo al permitir un acceso más rápido y con mayor capacidad de gestión de datos e información.
Internet móvil está creciendo en todo el planeta. El mundo de la comunicación es, en sí mismo, sencillo. Sin embargo, considerando la velocidad de la transformación digital, es siempre importante acompañar y dar una respuesta educativa a lo nuevo que existe y que se producirá en este sector.
Creo que el diálogo entre educación y digital es fundamental para la nueva generación y las generaciones futuras. ¿Por qué la visión antropológica de lo digital es importante para la educación hoy? Una visión antropológica del entorno digital nos permite estar abiertos a un diálogo sistémico, humano y cultural con las dinámicas de la tecnología y el entorno digital.
Yo creo, como dije antes, que las personas buscan las redes sociales para compartir elementos de su vida que son típicamente expresiones culturales como la comida, la música, la moda, la pintura, la literatura, los juegos, crear grupos para socializar, amistades, afectos, sexualidad, experimentar los ritos de vida y muerte. En otras palabras, Internet es el gran entorno donde las personas experimentan los rituales que forman parte de su vida cotidiana.
Las redes sociales son como una extensión de la vida hecha de rituales. Sin estos rituales Internet estaría vacío, no tendría ningún encanto para establecer relaciones o incluso para navegar. Los rituales de la vida, la cultura y la sociedad alimentan el universo virtual.
¿Qué hizo Amazon?, organizó los productos y las cosas que generalmente encontramos en las tiendas. ¿Cuál es uno de los grandes éxitos de Tik Tok?, comunica a través de sketches de acción, que dan libertad para expresar los rituales de la vida cotidiana en el mundo virtual, como bailar por ejemplo. ¿Qué mueve a Spotify?, la música, expresión artística, cultural, ritual. ¿Qué hizo Spotify?, volver disponible la música online.
Evidentemente, una vez digitalizada la música, y con las nuevas dinámicas virtuales (como el hipervínculo), la tecnología ha favorecido la velocidad, la capacidad de organizar archivos, los datos, la interactividad, la instantaneidad y ha puesto todo al alcance de cualquiera que esté conectado online.
A nivel del diálogo de la pedagogía con lo digital, subrayo la importancia de los juegos y el arte. El arte (música, teatro, danza, pintura) y el juego ofrecen elementos de psicodinámica, aspectos de inteligencia múltiple y neurociencia, así como aspectos estéticos y técnicos. Por ejemplo, la estructura técnica del arte ofrece datos numéricos y geométricos, estéticos, así como toda su riqueza psicológica y educativa; ofrece elementos técnicos como diseño, interfaces, sistemas, elementos geométricos contenidos en herramientas y espacios virtuales y estructuras psicológicas, cognitivas, afectivas y neurológicas.
También pienso que la presencia del educador -a través de las relaciones humanas- otorga la capacidad de crear lazos de amistad, y debe asociarse a las visiones de la psicología humana, con la inteligencia emocional en las expresiones de la sensibilidad e intuición humanas. Por lo tanto, la relación humana es fundamental para la educación.
La apuesta por un diálogo integrado entre la persona humana y lo digital requerirá siempre una mirada amplia, abierta e interdisciplinar. Esta actitud permitirá un diálogo interdisciplinario, indispensable en nuestros tiempos.
En la parte V de esta serie me gustaría presentar la metodología de la comunicación en el entorno digital a partir de dos textos bíblicos: los discípulos de Emaús y el Buen Pastor. Nuestro objetivo es encontrar caminos que favorezcan una mirada amplia de lo digital, buscando una integración entre el mensaje y la metodología del Evangelio, para dialogar con las personas en el hábitat digital.
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