4 de mayo de 2021

DOMINGO SAVIO ENTRA EN LA FAMILIA DE DON BOSCO

EL PRÓXIMO JUEVES, DÍA 6 DE MAYO, CELEBRAMOS LA FESTIVIDAD DE DOMINGO SAVIO, A CONTINUACIÓN OS DEJAMOS UNA FECHA HISTÓRICA, ERA EL DOMINGO 29 DE OCTUBRE DE 1854, DOMINGO ENTRA A FORMAR PARTE DE LA FAMILIA DE DON BOSCO, .

 

 Primer encuentro con Don Bosco

Un día llega a oídos del maestro Cugliero que Domingo Savio quiere ir a Turín, la capital, para estudiar en el oratorio de Don Bosco. El maestro Cugliero recibe la noticia con alegría y va a hablar con Don Bosco. Conciertan un encuentro con Domingo para las fiestas del Rosario.

El lunes 2 de octubre de 1854, muy temprano, Juan Bosco y Domingo Savio se encuentran en el maravilloso escenario de aquellas tierras de "I Becchi", donde Juan Bosco había nacido y vivido los primeros años de su vida. Domingo saluda respetuoso. Juan Bosco aprieta aquella mano temblorosa y mira aquellos ojos de penetrante y candorosa mirada. A Domingo lo acompaña su padre. Domingo se presenta: Soy Domingo Savio, de quien le habló mi maestro Cugliero. Venimos desde Mondonio.

Juan Bosco, con ese don maravilloso de conocer a las almas, toma con seriedad el asunto. Se lleva a Domingo y tratando en confianza con él, hablan de los estudios, de las clases...

Don Bosco comprende al instante que tiene delante a un joven privilegiado y enriquecido por la gracia. Domingo, impaciente, pregunta:

-¿Qué le parece? ¿Me va a llevar a Turín?

-Ya veremos -le responde Don Bosco-. Me parece que la tela es buena.

-¿Y para qué podrá servir esa tela? -pregunta Domingo-.

-Bueno, -continúa Don Bosco- esa tela puede servir para hacer un hermoso traje y regalárselo al Señor.

Domingo, con la agilidad mental que le caracteriza, añade instantáneamente:

-De acuerdo, yo soy esa tela y usted es el sastre. Lléveme a Turín y haga usted ese traje para el Señor.

Don Bosco lo mira fijamente y le dice:

-¿Sabes en qué estoy pensando? Estoy pensando que tu debilidad no te va a permitir continuar los estudios.

Pero Domingo no se acobarda y añade enseguida:

-No tenga miedo. El Señor que me ha ayudado hasta ahora me continuará ayudando en adelante.

Don Bosco insiste:

-Cuando hayas terminado tus estudios de latín ¿qué piensas hacer?

Domingo responde seguro:

-Con el favor de Dios pienso ser sacerdote.

-Me alegro. Ahora probemos tu capacidad. Toma (le entrega un fascículo de las Lecturas Católicas), estudia hoy esta página y mañana me la traes aprendida.

Mientras Don Bosco y el padre de Domingo se quedan hablando, Domingo se ha ido donde están jugando los demás muchachos. Al poco rato regresa, le entrega el libro a Don Bosco y le dice: Ya me sé la página. Si quiere se la digo ahora mismo.

La sorpresa que se llevó Don Bosco fue grande. Domingo no sólo le repitió de memoria (al pie de la letra) la página señalada, sino que le explicó el sentido con toda exactitud.

-Tú te has anticipado en estudiar la lección -le respondió Don Bosco-, y yo también me anticipo en darte la respuesta. Aquí la tienes. Te llevaré a Turín y desde hoy te cuento entre mis hijos. Pero te voy a recomendar una cosa: pide al Señor que nos ayude a cumplir su santa voluntad.

Domingo salta de alegría y agarrándole la mano a Don Bosco se la besó con manifiesta prueba de profunda gratitud.

-Espero comportarme de tal manera -dijo Domingo- que jamás tenga usted que lamentarse de mi conducta.

Aquel día Carlos y su hijo Domingo regresaban a Mondonio cantando de alegría y daban a Brígida la noticia que ella esperaba con tanta ansiedad. Besó a Domingo con los ojos llenos de lágrimas y exclamó:

-¡Bendito sea Dios!

(MBe V, 99-100)

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